Pablo Ramos, después de terminar sus estudios, dejó su Chile natal para trasladarse a vivir a España con un objetivo: desarrollar su profesión e implantar su gusto por el interiorismo en Lanzarote, utilizando su trabajo e ideas como principal herramienta.
La importancia del interiorismo, un hecho que ya había puesto de relieve años atrás "el gran" César Manrique, había quedado algo relegada a un segundo plano, debido al "desconocimiento" que giraba en torno a este servicio, tal y como explica en una entrevista con La Voz.
Por ello, Ramos quiso poner su grano de arena para revertir esta situación, Pablo Ramos Baldi, un estudio de interiorismo que, tras catorce años, ha contribuido a colocar el diseño de interiores de nuevo a la vanguardia.
Una lucha contra el desconocimiento
Bajo el amparo de la necesidad que existía en la isla de "dar lugar a un espacio donde la gente pudiera encontrar diversidad de elementos decorativos más actuales y asesoramiento profesional", Ramos decidió crear, en 2009, su propio estudio de interiorismo. Tras ello, en 2016 llegaría una tienda de decoración en San Bartolomé, que a día de hoy ofrece todo tipo de elementos: telas, tejidos, mobiliario, decoración...
Sin embargo, reconoce en una entrevista a La Voz, que los inicios no fueron fáciles, debido a la sombra de la incomprensión que caía sobre esta disciplina en el territorio conejero.
"Se me cerraron muchas puertas al intentar trabajar con empresas de la isla por desconocimiento de mi labor, pero, poco a poco, fui dando con las correctas. Así, la gente me fue entendiendo y, a su vez, comprendiendo también la importancia de dejar la decoración en manos de un profesional, y no hacerlo ellos mismos".
"Nos centramos en el público que quiere que sus espacios digan algo más"
Ahora, tras más de una década y variedad de proyectos realizados como hoteles, restaurantes, viviendas, clínicas, discotecas y oficinas, Ramos ha conseguido destacar en el sector del interiorismo, gracias a lo que él considera su "genio creativo", que ha dotado con "personalidad y alma propia" a cada proyecto.
Y ha sido precisamente esa "singularidad", lo que ha traído consigo los buenos resultados de la empresa: "Nos centramos en el público que quiere que sus espacios digan algo más", explica el interiorista.
Por ello, Pablo acude a diferentes ferias de toda Europa, lo que le permite estar al corriente de las nuevas tendencias y poder "captar" marcas que puedan interesar a esas personas que buscan "calidad y diseño", características que, a su juicio, hacen únicos sus productos.
Asimismo, una de las ventajas que ha contribuido al progreso del estudio, es que dan al cliente un servicio integral “llave en mano”, puesto que no solo decoran, sino que, también construyen: un equipo de ayudantes arquitectos se encargan de transformar y diseñar espacios, junto a una amplia plantilla de obra y artesanos que lo materializan.
La luz, los colores o el tamaño... Sí importan
Estas buenas perspectivas que han marcado su pasado -pese al arduo trabajo-, también se reflejan en el futuro. Ramos ha avanzado que su estudio se encuentra trabajando en el interiorismo de un edificio de viviendas vacacionales en Arrecife frente al mar y en el diseño del proyecto del restaurante de Luna, la participante de la octava edición del programa culinario Masterchef España.
Sin embargo, el interiorista afirma que este progreso no solo se evidencia en su trabajo, sino en el mundo decorativo en general, que, a su juicio, ha cogido "mucha fuerza" en los últimos años: "No hay día en el que a alguien no le aparezca al menos una publicación sobre decoración en redes sociales".
"Los negocios se han dado cuenta de que la gente cada vez valora más el espacio", comenta, "y saben que el lugar irá mejor si cuenta con una presentación detallada, ya que será más fácil que se haga reconocido y llegue a más gente".
El desarrollo futuro estará ligado a los sentidos
Pero, aunque los negocios necesiten crear tendencia, este auge decorativo "no pasará de moda".
Para el profesional, el desarrollo futuro de los espacios estará cada vez más relacionado con las sensaciones: "Ahora cuando vas a un restaurante, ya no solo te tiene que entrar por el gusto, sino por el olfato, la vista, el tacto... Y con eso, la popularidad del interiorismo en el futuro va a ir en aumento".
Asimismo, Ramos destaca que, en esto, la emergencia sanitaria también tuvo parte de ayuda, porque al estar "confinados en casa", la gente ha sido consciente de que es esencial estar en un espacio "agradable".
"Ya no nos basta con tener un sofá y una televisión, queremos mucho más. Y para conseguirlo, es imprescindible el interiorismo", concluye.
