Isaac Álamo Pérez (37) músico especializado en piano y profesor de español ha obtenido el reconocimiento "cum laude" con su doctorado "La música espectral y el retorno al sonido". Confiesa que el resultado es "uno de los proyectos más grandes de mi vida". Un reto vital que ha logrado hace menos de un mes tras 9 años de "intenso trabajo" y "una etapa solitaria intelectualmente" y dos años de baja temporal.
Nacido en Arrecife, pero desde hace 5 años vive en Marsella, reconoce que "echa mucho de menos la isla" pero "mi trabajo me permite venir mucho". Tanto es lo que la extraña que "me mudé a la ciudad porque necesitaba el mar". Además, siempre comprometido y con ella en la memoria, encantado de enseñar sus raíces "sería un sueño reflejarlo de una manera creativa".
Un joven que se dedicó hasta los 18 años a aprender piano en el Conservatorio pero que poco después lo tuvo que dejar para marcharse a estudiar a Barcelona. Con dos carreras (Humanidades y Musicología) que dieron paso a dos másteres, uno de Musicología y Piano y otro en Formación del Profesorado Universitario. Aunque su "meta" siempre ha sido lograr el doctorado.
Una ambición de "1.000 y pico páginas" a la que en un principio pensaba que "no iba a llegar" por su "exigencia consigo mismo" pero de la que se siente "muy contento con el resultado", sobre todo por el mérito de compaginarlo con su plaza fija como "profesor de español".
"Mientras iba en el metro y en la guagua a trabajar, abría el ordenador y me ponía a escribir"
"Mientras iba en el metro y en la guagua a trabajar, abría el ordenador y me ponía a escribir", confiesa. "Me he sacrificado" mucho, tanto que el año pasado "ni en verano ni en Navidad fui a Lanzarote". Pero "las ganas de superarme e intentar empujar los límites más atrás" han podido con todo.
Hasta ahora todo ha sido una carrera a contrarreloj para él, ya que "dormir y comer poco" le ha conllevado a "perder kilos".
"Me gustaría volver a la música, comprarme un piano y montarme un estudio en casa"
En los últimos 10 años en Francia, país al que se fue "a la aventura" para "aprender francés" y con muy poco dinero ahorrado para "6 meses" y que ha visto cumplir casi todos sus sueños.
Todavía le quedan más por hacer realidad. Le encantaría "enseñar música en la Universidad o en el Conservatorio superior y hacer investigación", ya que su actual empleo no le acaba de fascinar: "me lo paso muy bien con mis chinijos, pero no me llena". También le gustaría "volver a la música, comprarme un piano y montarme un estudio en casa" y dedicarse a "un proyecto de vídeo-danza con mi pareja".
