Miles de personas celebraron en Lanzarote el triunfo de la selección española de fútbol sobre Holanda (1-0) en la final del Mundial de Sudáfrica. Los aficionados hicieron sonar los cláxones de los vehículos, petardos y fuegos artificiales cuando el árbitro de la final, Howard Webb, dio por finalizado el encuentro disputado en el estadio Soccer City, en Johannesburgo.
La alegría ya se había desbordado minutos antes con el gol de Andrés Iniesta en la segunda parte de la prórroga. Un tanto que inclinó un encuentro en el que jugadores y aficionados tuvieron que sufrir durante 120 minutos, y que estuvo marcado por el juego agresivo de Holanda, que intentó doblegar a España a base de faltas y patadas, ante la pasividad del árbitro.
Sin embargo, con el gol de Iniesta a punto de terminar el encuentro, y con el pitido final del partido, estalló la fiesta. Auténticas caravanas de coches tomaron las calles de la isla, especialmente en la capital, y las banderas rojas ondeaban en toda Lanzarote.
