La comunidad cristiana de Lanzarote se trasladó este domingo a Mancha Blanca y participó en la santa misa en honor a la Virgen de Los Dolores. De esta manera, los religiosos cumplieron con la promesa que se le hizo a la Virgen cuando los volcanes dejaron de erupcionar.
Cada año son más los feligreses que se acercan hasta el santuario de la Virgen, en Mancha Blanca, para participar de esta misa, que fue oficiada por el párroco de San Roque-Tinajo, Santiago Quintana. Además, en esta celebración, Quintana anunció que el obispo le había comunicado su traslado a Gran Canaria tras nueve años de sacerdocio en Tinajo. Así, la misa también sirvió como despedida del párroco.
Para este día tan señalado, la imagen de Nuestra Señora de Los Dolores lucía un traje y un manto del siglo XVII. Esta vestimenta llevaba más de 50 años guardada por el deterioro que había sufrido. Después de su reparación, se volvió a recuperar para esta celebración.
En la misa, los cantos los dirigió el Coro Municipal de Tinajo y algunas mujeres recitaron poesías a La Virgen. Finalizada la santa misa, se llevó a cabo la procesión alrededor de la ermita. La imagen estuvo flanqueada por las "Discípulas de La Virgen", que se trasladaron desde la parroquia de San Ginés.