El próximo mes de mayo de 2006 le tocará el turno a los estudiantes de alemán lanzaroteños, que viajarán a Berlín para perfeccionar el idioma y conocer la cultura germana

El privilegio de aprender un idioma fuera de casa

Catorce alumnos alemanes de 4º de ESO y 1º de Bachillerato que estudian español como lengua extranjera en su instituto de Berlín, llegaron ayer a Lanzarote para pasar diez días asistiendo a clase y viviendo en el seno de familias conejeras.

18 de octubre de 2005 (20:26 CET)

Llevaban un año preparándolo y hoy ya están aquí. Catorce alumnos alemanes de 4º de ESO y 1º de Bachillerato que estudian español como lengua extranjera en su instituto de Berlín, llegaron ayer a Lanzarote para pasar diez días asistiendo a clase y viviendo en el seno de familias conejeras. Es la primera fase de un intercambio entre alumnos de los Institutos de Enseñanza Secundaria "OS an der Weide", de Berlín, y "Blas Cabrera Felipe", de Arrecife. Durante este tiempo participarán con nuestros alumnos en un programa de actividades de carácter cultural, deportivo y lúdico, en el que tomarán contacto con el medio físico y el medio económico, así como con los aspectos socioculturales e históricos de nuestra Isla.

Arrecife - Berlín

El año que viene le tocará el turno a los estudiantes de alemán lanzaroteños. Son otros catorce privilegiados que han sido escogidos entre todos los de su clase siguiendo unos criterios basados, fundamentalmente, en el nivel del idioma que están aprendiendo. El próximo mes de mayo de 2006 viajarán a Berlín, para vivir con las familias de los estudiantes alemanes que estos días acogen en sus casas. Les acompañarán dos profesoras del I.E.S. "Blas cabrera Felipe" y estarán allí en las mismas condiciones y durante el mismo tiempo que lo han hecho los estudiantes alemanes en la Isla.

La iniciativa ha sido organizada y puesta en marcha por las profesoras de estos chicos y chicas, que ya se conocían de antes. Estas docentes entienden que, para aprender un idioma, es fundamental dejar aparcados de vez en cuando los libros y los vídeos, y pasar a la acción. Es decir, viajar al lugar en el que se habla la lengua que estamos aprendiendo, zambullirnos en su cultura, escuchar el sonido de sus palabras cuando te piden el azúcar o cuando te dicen te quiero. Esa es la mejor forma de aprender un idioma y eso es lo que les han ofrecido a estos treinta adolescentes alemanes y españoles.

Inmersión en la cultura isleña

Durante las actividades previstas para estos diez días, los lanzaroteños tratarán de mostrar a sus invitados la singularidad de esta Isla y la necesidad de preservarla. Entre otras cosas, les explicarán el origen volcánico de Lanzarote, su clima subtropical y árido, su nombramiento como Reserva de la Biosfera, su evolución de un pasado económico basado en la agricultura, la ganadería, la pesca y la explotación de salinas, a un presente de orientación turística; la figura y la importancia de César Manrique, la artesanía, la música y los bailes tradicionales, el vino y el agua, Teguise como antigua capital y Arrecife como la actual, etcétera.

"La gente es muy amable"

Acaban de llegar, pero las primeras impresiones de los estudiantes alemanes son muy positivas. Todos coinciden en alagar el clima, la playa y el carácter de los lanzaroteños: "Me gusta mucho la Isla, la gente es muy simpática y ya he conocido a muchos amigos". "Es muy bonito, la playa me encanta y la familia que me acoge es muy amable".

Por otra parte, una de las dos profesoras que han venido desde Alemania con estos estudiantes aseguró que estas iniciativas son fundamentales y muy importantes a la hora de aprender un nuevo idioma. Las profesoras les dieron la posibilidad de escribir sus esperanzas y sus preocupaciones antes de venir. "Todos tenían entre sus deseos conocer de veras la vida de los españoles, conocer a la gente, hacer amistades; y su preocupación fundamental era no ser capaces de entenderlo todo". Pero dijo que eso no va a ser un problema, porque la mímica es un idioma internacional y a través de gestos, dibujos y otros recursos, al final, las personas, si queremos, nos entendemos.

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