Durante la semana del 14 al 18 de octubre, el Colegio Santa María de los Volcanes se ha convertido en un pequeño continente de aprendizajes compartidos. Celebramos los Erasmus Days, esa cita anual en la que Europa se escribe en presente y los muros del centro se disuelven para dejar paso a un mapa tejido con experiencias, lenguas y sueños. "No solo se ha tratado de mostrar lo que hacemos como centro acreditado Erasmus+, sino de celebrar la esencia de ese espíritu que nos impulsa a aprender del otro, con el otro y para el otro", señalan.
Ser un colegio Erasmus+ es asumir que la educación no se detiene en la frontera de lo conocido. Es abrir las ventanas del alma y dejar que entren los vientos de otras culturas. Supone comprender que aprender no es acumular saberes, sino compartirlos. En ese tránsito constante entre el aquí y el allá, nuestros alumnos descubren que las fronteras, físicas o simbólicas, no son límites, sino líneas de partida. Erasmus Days ha sido un mosaico de acentos, gestos y emociones.
Los alumnos de 4º de ESO, anfitriones de siete alumnos llegados desde Finlandia, Noruega y Alemania, encontraron en el mar de Lanzarote un aula líquida donde la convivencia se ha hecho remo y el esfuerzo colectivo, corriente favorable. Juntos, en una clase de Educación Física junto al Club Los Marlines, navegaron hacia una pedagogía del encuentro, donde cada brazada se convirtió en un diálogo sin palabras.
La travesía continuó hasta la isla vecina de La Graciosa, allí una jornada de convivencia internacional reforzó los lazos de amistad y cooperación entre los alumnos que, aunque nacidos bajo cielos distintos, comparten un mismo horizonte europeo. Entonces, el aprendizaje se hizo conversación y la cultura, juego. Los alumnos visitantes se transformaron en maestros por un día, impartiendo clases de conversación en finés, noruego y alemán a los pequeños, que aprendieron nuevas palabras entre risas, como si el idioma fuera un regalo que se pasa de mano en mano.
Por otro lado, diez docentes procedentes de Alemania, Finlandia y Bélgica nos han acompañado a lo largo de la semana para observar nuestra metodología y compartir modelos educativos. Ha sido una semana en la que comprendimos que enseñar es, ante todo, aprender con otros. Y mientras el eco de estas jornadas se va apagando lentamente, el espíritu de la celebración culmina hoy con un broche muy nuestro: la Feria de Inmersión Canaria, organizada por los alumnos de 2º de ESO para los visitantes y toda la comunidad educativa.
Un encuentro lleno de color, música y raíces, donde la cultura insular se entrelaza con la europea en una danza de identidades compartidas. La presencia de Elisabeth Cedrés, responsable del área de Responsabilidad Social Corporativa de los CACT del Cabildo de Lanzarote, vuelve a subrayar la importancia de iniciativas que vinculan educación, territorio y compromiso social.
Al cierre de los Erasmus Days, queda la certeza de que la educación es un viaje sin retorno: uno en el que cada experiencia nos transforma y cada encuentro amplía nuestro mapa interior. Cada alumno lleva la brújula de Europa latiendo en su camino, trazando rutas que cruzan fronteras, unen culturas y transforman su mirada sobre el mundo.
