El municipio de Tías celebra estos días las fiestas patronales de la Candelaria y San Blas. El Salón Hindieras del Centro de Cultura, Juventud y Deportes de Tías acogió anoche la lectura del pregón de las fiestas, leído por la filóloga Bernarda Díaz.
El salón se llenó prácticamente hasta los topes para escuchar el pregón a cargo de Bernarda Díaz, licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de La Laguna , nacida en el municipio sureño y profesora de inglés en el Instituto César Manrique de Arrecife. Díaz estuvo flanqueada en todo momento por el alcalde de Tías, José Juan Cruz Saavedra, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Rafael González.
La pregonera hizo un repaso a la historia del municipio, desde los difíciles tiempos anteriores al boom turístico hasta la llegada de los primeos visitantes y complejos alojativos a la localidad de Puerto del Carmen, que marcó el inicio de una nueva etapa ligada al desarrollo social y económico de Tías, que supuso la creación de miles de empleos para todos los habitantes del municipio sureño.
Casas diseminadas
"A los que nacimos en los albores de los 60 nos dio tiempo a vivir parte de aquella época difícil, llena de precariedades, en la que el agua era el bien más preciado por ser tan escaso y necesario para que los cultivos brotaran, de lo cual dependía el sustento de la mayoría de las familias.
Recuerdo que era Tías, por aquel entonces, un núcleo de población de casas diseminadas, caminos de tierra y paredes de piedra, escasamente salpicado de verdor por los cultivos, las tuneras, las piteras, las aulagas, alguna que otra palmera y las hierbas que, de forma milagrosa, crecían a poco que la tierra fuera bendecida por la lluvia.
Las viviendas estaban generalmente construidas con los frontis hacia el sur, dando la espalda al viento, y la estructura y organización de las mismas estaba relacionada con la principal actividad económica de la época, que consistía en una agricultura tradicional de subsistencia y de abastecimiento del mercado insular".
Década de los 70
"La década de los 70 fue la época de los grandes cambios, durante la que se fue consolidando en el municipio una economía basada en la industria del turismo, que se había iniciado a mediados de los 60 con la construcción del hotel Los Fariones.
A lo largo de los años 70 se construyeron grandes urbanizaciones junto al pueblito pesquero de La Tiñosa y a lo largo de la costa, que generaron mucho empleo en el sector de la construcción y la hostelería, siendo el inicio de un desarrollo turístico que se convertiría en el eje de la economía insular.
Si bien en esos años la mayor parte del municipio continuaba sin luz eléctrica y carente de una serie de servicios básicos, con el crecimiento de esa nueva actividad económica, se empezó a notar una mejoría en las condiciones de vida de la mayoría de las familias, con los consiguientes cambios sociales y culturales que trajo aparejados la nueva situación".