La lanzaroteña Noemí Merino regresó este jueves de su viaje al Gran Hermano brasileño. Tras una semana en el país carioca, donde entabló algo más que una amistad con un concursante, volvió a la casa de Guadalix, donde le esperaba su ex novio en la sala de expulsiones. Paolo le recordó a Noemí que "no había cumplido la promesa que le hizo", ya que la lanzaroteña ha mantenido una relación con otro italiano de la casa, Alessandro.
Paolo llevaba una semana en una casa anexa a la de Gran Hermano conviviendo con Sergio, el novio de otra concursante (Sindi). Finalmente la audiencia decidió que fuera Sergio el concursante 12+1, así que Paolo tuvo que abandonar la casa, no sin antes protagonizar un cruce de palabras con Noemí, que no paró de llorar.
Y es que la lanzaroteña sigue sin explicarse cuáles fueron los motivos que le llevaron a su ex pareja a entrar en Gran Hermano, un concurso que nunca había sido de su agrado, según Noemí. La concursante tan sólo tuvo que hablar con Paolo durante unos minutos, aunque esta situación le dejó bastante "triste", según la propia web de Telecinco.
Además, Noemí todavía tendrá que contarle a Alessandro su vivencia en Brasil y su acercamiento con uno de los concursantes del programa en el país carioca. La lanzaroteña, eso sí, logró una semana más evitar las nominaciones.
Asimismo, el programa de Gran Hermano del jueves por la noche destacó también por varias escenas protagonizadas por la presentadora, Mercedes Milá, que no dudó en levantarse la falda delante de Christian, el concursante expulsado, a quien incluso dejó que le tocara los dos pechos.
