Un joven falleció el día 12 en un accidente de coche tras un pique en la zona de Puerto Naos. Otro chico, que fue protagonista de esos 'rallies', cuenta su experiencia

Los vecinos piden mayor presencia policial para evitar las carreras ilegales

Los vecinos denuncian las carreras a través de llamadas telefónicas a la Policía Municipal. Algunos muestran su hastío ante la escasa efectividad de estas denuncias y todos coinciden en que se había producido un descenso en ...

23 de abril de 2008 (01:35 CET)
Los vecinos piden mayor presencia policial para evitar las carreras ilegales
Los vecinos piden mayor presencia policial para evitar las carreras ilegales

Los vecinos denuncian las carreras a través de llamadas telefónicas a la Policía Municipal. Algunos muestran su hastío ante la escasa efectividad de estas denuncias y todos coinciden en que se había producido un descenso en las aglomeraciones de vehículos hasta la apertura de la nueva discoteca frente al Castillo de San José que, afirman, "ha atraído de nuevo a la gente joven". Piden medidas concretas al Ayuntamiento de Arrecife para eliminar estas conductas, que generalmente van unidas a la música "a todo volumen".

Los residentes en el área de Puerto Naos y el Castillo de San José no aportan sus nombres pero hablan sin reparos del temor que sienten una vez más cuando llega la noche. En ese momento varían sus rutinas y permanecen pendientes de las entradas y salidas de sus allegados al área residencial para advertirles de los citados 'piques'. Algunos han modificado sus hábitos de vida y varían el recorrido de sus paseos. Otros cierran sus viviendas a cal y canto e intentan ignorar el exterior.

Presencia policial

"Siento una impotencia tan grande", se lamenta una vecina que afirma ser de las que llama a la Policía Municipal siempre que detecta concentraciones de coches y motos. "He llamado en varias ocasiones, y sigo haciéndolo, porque no se puede vivir con temor. Me gusta caminar y antes lo hacía desde casa. Ahora tengo que coger el coche y llegar hasta el Charco (de San Ginés), y procuro no hacerlo tarde porque tengo miedo de salir y entrar a partir de las diez. Esto es de vergüenza", comenta.

La policía de la Autoridad Portuaria tiene potestad en la explanada de Puerto Naos ?punto de encuentro de los corredores- pero la actividad portuaria que se desarrolla en este sector no es destacable, por lo que no intervienen. La Guardia Civil y la Policía Local tienen competencias en materia de tráfico y pueden realizar controles en la zona. Los vecinos aseguran que los agentes municipales acuden "a veces" tras realizar las llamadas pertinentes, pero se quejan de la ausencia de soluciones efectivas. Algunos participantes de estos 'piques' de velocidad aseguran que "la policía no aparece y, cuando lo hace, dan una vuelta y se van".

Por su parte, el jefe de la Policía de Arrecife, José Antonio Lasso, informa de que los controles que se llevan a cabo en Naos son similares a los ejecutados en otras zonas del municipio con concentración de personas. "Evidentemente, este control no es constante, es aleatorio, pues no somos omnipresentes. Se realizan patrullas de vigilancia y en algunos casos hay controles de documentación o de conductores en la zona".

Reciben denuncias verbales y anónimas: "Normalmente nos dicen que hay varios coches haciendo rally". Entonces se personan e intentan localizar a los conductores y denunciarlos por conducción temeraria, pero se tramita como denuncia administrativa porque no se llega a detectar un peligro concreto ?alcoholemia, por ejemplo- para exigir una posible responsabilidad penal, explica Lasso, quien precisa que este año se han endurecido las penas.

Los agentes no realizan controles en la explanada de Naos, "porque pertenece al Puerto", indican, pero sí en las inmediaciones. También vigilan el sector a través de la cámara de tráfico instalada hace más de un año, pero el jefe policial admite que necesitan más recursos materiales y humanos. Lasso avanza que la puesta en marcha de la nueva sede de la Policía Municipal implicará la instalación de nuevas cámaras de tráfico (actualmente hay 16 repartidas por la ciudad) y la ampliación del centro de control.

A pesar de esto, José Antonio Lasso aboga claramente por la concienciación individual y familiar sobre los peligros de la velocidad y especialmente por la formación en seguridad vial dentro de los centros educativos. "La base de la conducta de los ciudadanos está en la educación: desde que uno nace y en su familia. Es necesario saber circular por las vías". La Policía Municipal de Arrecife colabora con el Cabildo de Lanzarote con un agente que desarrolla una labor docente en centros de Primaria y Secundaria en materia de seguridad vial.

"Nuestro único miedo es llevarnos a alguien por delante"

José es el nombre ficticio de un joven de 27 años natural de Arrecife que participa en los 'piques' desde que tenía 19. "Somos amantes de la velocidad y no tenemos miedo a nada. No pensamos en muertes ni en accidentes, aunque somos conscientes de ello. Cuando hablo con mis amigos, todos coincidimos en que lo peor sería llevarnos a alguien por delante. Eso sí nos preocupa y nos da miedo". En las carreras espontáneas no hay edades ni grupos formados. La edad media es de 20 años, algunas mujeres, y la mayoría tiene presente el riesgo que corre: "Somos conscientes de que nos podemos matar, pero da igual. Nos gusta la velocidad, es sólo eso. Cuando estás corriendo, desaparecen todas las preocupaciones y sólo pensamos en el momento y el ahora que es la carrera".

José recuerda a Rayco, fallecido cuando regresaba de Tinajo hace unos siete años en un accidente frontal con otro coche en el que también murieron otros ocupantes. Y cita a un joven de 22 años, con un carnet de conducir reciente y un coche de más de 200 caballos que se mató junto a su novia en la autovía de Tías. "Vives al límite, vives el momento, pero sí es verdad que ahora ya no me pico, ya no me pongo a 200 (kilómetros por hora). Cuando somos más jóvenes estamos flipados, y si nos ponen un coche con caballos, vamos al límite". En opinión de José, "lo más efectivo para persuadir es mostrarnos cómo acaba la cosa, pero eso te aparta una semana, luego vuelves. La única forma sería la presencia policial, que no existe. A lo mejor hacen acto de presencia y se van, pero yo no los veo. Lo único que hacen es poner multas a los coches mal aparcados de la zona del Gran Hotel y Correos".

Los puntos de encuentro de los amantes de la velocidad, apasionados también por los coches tuneados y los equipos de música, no se limitan a Arrecife sino también a los municipios donde se suelen celebrar rallies. Además, se producen piques en zonas como El Islote (San Bartolomé) y en la carretera que une San Bartolomé y Tinajo, así como en la autovía (entre Tías y Arrecife) y en la vía medular capitalina. En el caso de la ciudad, se forman pequeños pero numerosos grupos en el área de la Biosfera (frente a la sede del Cabildo) que pasean sus vehículos por El Reducto y la marina hasta llegar a Naos.

"Vivo con temor"

Los residentes de las viviendas situadas entre el Castillo de San José y Puerto Naos son los primeros afectados por las concentraciones de vehículos en las inmediaciones. Una señora afirma estar "harta" y sentir vergüenza "porque llamo a la policía y aquí no pasa nada". Otra indica que vive con temor cuando llega el fin de semana y comienzan a aparecer los primeros coches. "Es que en esta zona no hay aceras y si no se puede caminar a horas normales, imagínate con los rallies estos. Estoy siempre pendiente para llamar a mi hija y que no vuelva con su coche por esta carretera. Es horrible, no vivimos tranquilos". Un tercer vecino afirma que los ruidos, también de la discoteca de la zona, hacen vibrar las casas y afectan especialmente a los niños pequeños. Un compañero apuesta por instaurar el sentido único de la vía. Una joven afirma que a ella no le molestan los ruidos ni las carreras, mientras que el último vecino consultado confirma que está cansado de llamar: "Yo paso olímpicamente. Ya ha habido denuncias y no hacen nada. Es de sentido común que la policía esté aquí, pero los he visto pocas veces, y los chicos están hasta las dos de la madrugada con las cuatro puertas abiertas y la música a tope".

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