"Schettino tiene que ir a la cárcel", afirma Teresa Curbelo

Los lanzaroteños supervivientes del Costa Concordia reviven la tragedia tras el inicio del juicio: "Dios estuvo esa noche con nosotros"

El juicio contra el capitán del crucero "Costa Concordia", Francesco Schettino, comenzó este miércoles en Grosseto, en Italia. Los tres lanzaroteños que sobrevivieron ...

19 de julio de 2013 (00:09 CET)
Los lanzaroteños supervivientes del Costa Concordia reviven la tragedia tras el inicio del juicio: "Dios estuvo esa noche con nosotros"
Los lanzaroteños supervivientes del Costa Concordia reviven la tragedia tras el inicio del juicio: "Dios estuvo esa noche con nosotros"

El juicio contra el capitán del crucero "Costa Concordia", Francesco Schettino, comenzó este miércoles en Grosseto, en Italia. Los tres lanzaroteños que sobrevivieron al accidente del crucero han tenido que volver a revivir la tragedia. "Cada vez estamos más convencidos de que Dios estuvo esa noche con nosotros", afirma Teresa Curbelo, una de las supervivientes del naufragio.

Como todos recordarán, el capitán huyó del barco, abandonando a su suerte a cerca de 4.200 personas. En este naufragio ocurrido en enero de 2012 murieron 32 personas. El capitán se enfrenta a 20 años de prisión. Su abogado trató de rebajar la pena a tres años y cinco meses de cárcel, pero la Fiscalía no lo aceptó.

Las 4.200 personas que viajaban en este crucero están representadas en este juicio, incluyendo los tres lanzaroteños, Teresa Curbelo, su marido, Benito González, y el hijo de ambos, Pablo, que en el momento del naufragio tenía 8 años. "Schettino tiene que ir a la cárcel", afirma Curbelo.

Este mismo jueves, Teresa Curbelo ha recibido un mensaje por parte de la plataforma de afectados a través de Facebook. "Acaban de mandar lo que sale en la caja negra, el descontrol que había. La sala de máquinas estaba inundada y el barco se iba a la deriva. Los peritos dicen que Dios ha estado con nosotros, porque el viento cambió de dirección y llevó la mole del barco hacia las rocas. Es que íbamos a la deriva y sin control. Se veía en el radar y ellos no sabían ni qué hacer", afirma esta afectada a La Voz.

"Revivir esto no es fácil"

A Teresa Curbelo aún se le pone "la piel de gallina" cuando recuerda este naufragio, porque cada vez tiene más claro que fue un "milagro" lo que les salvó. "Revivir esto no es fácil, porque siempre sientes rabia", admite.

Tanto Teresa, como su marido y su hijo han precisado asistencia psicológica para superar este trance. "El niño ha empezado a hablar ahora del tema. Antes no contaba nada y ahora empieza a contarnos cómo lo vivió. Creo que es bueno", indica. Y es que estas vacaciones se tornaron en pesadilla para esta familia conejera.

Dos horas perdidos durante el naufragio

Los hechos que les cuesta tanto revivir ocurrieron la noche del 13 de enero de 2012. Los tres lanzaroteños se encontraban cenando en el restaurante del barco cuando "de repente se notó que había chocado contra algo". La luz se fue y el barco comenzó a escorarse.

En esos momentos, el niño, Pablo, de ocho años, había ido al baño, pero "nunca llegó porque estaba subiendo la rampa, ocurrió el impacto y se cayó de espaldas". Esta familia, por suerte, logró encontrar a su hijo. Pero el momento más angustioso aún no había pasado.

Al abandonar el restaurante, su marido y su hijo tomaron un camino y ella otro. Teresa pensaba que iban juntos, pero cuando volvió la vista atrás no había ni rastro de ninguno de ellos. "Él optó por ir al camarote y yo a la salida de emergencia. Nos perdimos durante dos horas y eso fue lo peor de todo, porque no sabía si estaban vivos o estaban muertos", indicó esta lanzaroteña, nada más llegar a la terminal 1 del aeropuerto de Guacimeta, cuando regresó de Italia tras la tragedia.

Por suerte, finalmente la familia se encontró y pudo volver sana y salva a casa, a Lanzarote.

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