Fotos: Sergio Betancort
Después de dos años alejados de los escenarios, las actrices y actores del Grupo de Teatro Lila García de Tías estrenaron en la noche del pasado sábado en el Teatro Municipal la obra 'Mi marido no me entiende', con motivo de la festividad de Nuestra Señora de La Candelaria, patrona del municipio.
La obra, del dramaturgo húngaro más representado en los años 50, Juan Vaszary, es una comedia de esparcimiento donde el humor roza la caricatura y en la que la trama gira, como es habitual en este autor, en torno a la mujer. Una comedia de evasión que, además de entretener al numeroso público que llenó al completo el aforo del teatro, esconde el drama que sufre María, la protagonista femenina, por la soledad que le provoca la actitud egoísta e indiferente de Luis, su marido.
Como elemento rompedor de la rutina conyugal aparece Carlos, un compañero de trabajo de Luis, que llega solo al hotel. Se enamora perdidamente de María y, tras darse cuenta de que su jefe se hospeda ahí, le cuenta que se quedará una noche sólo por esa mujer. Luis, desde la ignorancia que le provoca el ensimismamiento de su mundo, le ofrece ayuda para que conquiste a su propia mujer alegando que "los hombres tenemos que ayudarnos".
El "espiritual" triángulo amoroso se debate entre la pasión de Carlos y el recato de María y la jornada de pesca que Luis provoca con el que cree marido de esa señora para facilitar el encuentro. La chispa y comicidad de estos equívocos se alternan con un grupo de amigos que frecuentan el bar del hotel, además de coincidir con el mal carácter de Blasa, viuda y sola que se entretiene con cotilleos; el mal humor de Gómez, un dentista abandonado por su mujer que pide soledad pero que en el fondo demanda compañía; la chispa de Pepita, una doncella también sola en busca de algún cliente que la necesita "para lo que sea", y en torno a ellos, Cecilia la sufrida camarera que les sirve a todos ellos cargada de sarcasmos.
'Mi marido no me entiende' es una obra que presenta el drama de sentirnos solos a pesar de estar en compañía, pero de tal forma que el sentido del humor, la ironía y el sarcasmo con los que se bañan la intervenciones de los personajes hacen de esta obra una comedia en la que las risas continuas del numeroso público asistente acabaron formando parte del guión. Al finalizar la obra, actrices y actores salieron al escenario y fueron recibidos por los aplausos del público puesto en pie les aclamaba.
