"A veces me pregunto dónde está la educación de la gente que vive en Lanzarote, bueno, mejor dicho, en Arrecife.
Verán ustedes, el otro día mi mujer salió de casa en coche para ir a jugar con sus amigas al pádel como tienen costumbre. Al dar la vuelta a la esquina, se encuentra un coche parado en mitad de la calle. Del vehículo se estaban bajando unas señoras mayores para ir a jugar " al millo de Altavista". Tardaron en salir del coche un tiempo considerable, mientras se hacía una cola detrás de ese coche. A esto, nada que objetar, mis respetos para esas señoras, porque todos seremos ancianos algún día.
Mi queja viene para el conductor y su acompañante, que pararon en mitad de la calle. Cuando mi mujer les dijo que deberían haber parado en los sitios libres que hay en esa calle, entre aparcamientos y vados, dejando así la calle libre, estos le hicieron la peineta con el dedo y la llamaron gilipollas. Tras ello, el conductor arrancó el coche y fue frenando todo el rato con el peligro que eso conlleva.
Me alegro de no haber estado yo en el coche con mi mujer, porque sé cómo habría reaccionado y prefiero estar aquí contándoselo a ustedes ahora. Si la gente que va a ese sitio no respeta a los vecinos, habrá que ver si ciertas cosas se van a tener que hacer en la conchinchina. Dicho queda".
