Con mucha probabilidad, nada más leer el encabezado de estas líneas algunos, los de siempre, correrán a sus teclados para contaminar los diarios digitales y las redes sociales de opiniones ocultas en el anonimato con exabruptos, descalificaciones y otras muchas “progrelindezas” que acostumbran a lanzar a quienes, simplemente, no comulgamos con sus políticas de palabras vacías, escaso contenido pragmático y nulo beneficio para la ciudadanía.
Probablemente, también saldrán corriendo a acusar de corruptos o depredadores del territorio a quienes solo tratamos de defender el avance y progreso real de esta tierra. Un avance y progreso para su gente, y no para los intereses inconfesables de quienes tienen como único objetivo que nada cambie para que todo siga igual, especialmente sus bolsillos llenos.
Terrorismo es engañar a los ciudadanos, vistiendo decisiones basadas en el interés de unos pocos con el traje de la defensa del territorio y la sostenibilidad y arrasando las posibilidades de esta isla y su gente.
Terrorismo es tirar a la basura cientos de miles de euros de dinero público, como han anunciado que harán con el Plan Insular de Lanzarote, después de engañar a la ciudadanía prometiendo en sus programas electorales sacarlo adelante. Un documento que ellos mismos validaron y desarrollaron, y que hoy deberían explicar por qué lo quieren desechar para que nada cambie.
Terrorismo es condenar a nuestro sector primario a seguir careciendo de la seguridad jurídica que permita su desarrollo, con la triste excusa de defender un territorio y un paisaje que precisamente es a ellos, a los abnegados trabajadores del sector, a quienes lo debemos.
Terrorismo es decir a nuestros ganaderos o agricultores que sus explotaciones seguirán en un veremos jurídico, simplemente porque han decidido politiquear con el pan de sus hijos.
Terrorismo es seguir condenando a uno de nuestros centros turísticos de mayor belleza, La Geria, que debemos a nuestros abuelos y abuelas, a condenarlo al abandono dejando que se deteriore por no sacar adelante un Plan Especial que lo proteja, permitiendo su explotación responsable.
Terrorismo es dar la espalda a los viticultores y bodegueros que demandan soluciones urgentes para avanzar hacia la excelencia.
Terrorismo es seguir condenando a nuestros históricos pueblos costeros a seguir viviendo en un limbo legal que hace imposible la dotación de servicios básicos y el uso y disfrute sostenible de nuestras costas, impidiendo un traspaso de competencias que permita que los canarios y conejeros seamos los verdaderos dueños del futuro de nuestro litoral.
Terrorismo es, y aquí paro y me rebelo, castigar a nuestra capital a seguir abandonada y alejada de las inversiones, y condenada a no tener futuro por guardar en una gaveta nuestro Plan Supletorio, buscando contentar a quienes algún día todos conoceremos. No debemos permitir que se siga especulando con nuestra ciudad, utilizándola como moneda de cambio de sus triquiñuelas políticas y/o empresariales.
Terrorismo patrimonial es condenar a nuestro patrimonio histórico y arquitectónico al abandono por tomar decisiones caprichosas que hacen inviable su uso y restauración, buscando probablemente dejarlos caer para especular con el suelo. Nuestro patrimonio, el de los arrecifeños, clama por soluciones y no por ocurrencias sin sentido que nos llevan, cada vez más, a un punto de no retorno en su recuperación.
Terrorismo es pisotear los intereses de los vecinos de los diseminados de nuestra ciudad buscando, como siempre, beneficiar a unos pocos en perjuicio de la mayoría.
Terrorismo es paralizar, con todas las artimañas a su alcance, el desarrollo de una pieza clave de suelo para Arrecife, como el Islote del Francés, condenando a los arrecifeños, como ya hicieran con Ginory, a pagar de nuestro bolsillo los caprichos y visiones de quienes solo han demostrado, cuando han tenido responsabilidades en la materia, quedarse en meros discursos vacíos.
Terrorismo sí, urbanístico y patrimonial, porque las políticas a las que algunos nos tienen ya acostumbrados en esta isla son auténticos atentados contra nuestra gente. Atentados contra el derecho a crecer y diversificarnos que tenemos como pueblo y, sin lugar a dudas, atentado contra la democracia, mintiendo a los que con su voto apoyaron en las urnas la idea de ordenar nuestro territorio y su desarrollo mediante las herramientas legales.
Porque sí, engañar a los ciudadanos es atentar contra la democracia y eso sin duda, y quiero dejarlo plasmado en estas líneas, es lo que ha venido haciendo el Partido Socialista de Lanzarote en estos tres años, bloqueando sin explicar por qué ni a beneficio de quién el Plan Insular, el Plan Supletorio, el Plan de la Geria o el traslado de las competencias en Costas. En definitiva, un ataque silencioso y sin armas contra nuestra gente y sus derechos.
Porque sí, y no tengo miedo de decirlo, APUESTO por el Plan Supletorio de Arrecife y por los arrecifeños, APUESTO por el Plan Insular de Lanzarote y los conejeros y APUESTO por todas aquellas herramientas legales que nos den seguridad para seguir avanzando como sociedad, aunque con ello los de siempre dejen de tener los bolsillos llenos.
Echedey Eugenio es secretario de Organización de Coalición Canaria y portavoz en Arrecife