Querida amiga Pepa, te pregunto y me pregunto, ¿somos los conejeros descerebrados, vendidos, oportunistas, poco ecológicos, nada responsables, sinvergüenzas y hasta xenófobos? Éstas son las dudas que tienes y que ...
Querida amiga Pepa, te pregunto y me pregunto, ¿somos los conejeros descerebrados, vendidos, oportunistas, poco ecológicos, nada responsables, sinvergüenzas y hasta xenófobos? Éstas son las dudas que tienes y que tengo, respecto al nobel Saramago. Empezaré por lo último. ¿Xenofobia? En Lanzarote, a mucha gente, le molesta que cualquiera (¿se le puede llamar cualquiera a un premio nobel?, que ha venido de fuera nos estampe en la cara nuestros propios pensamientos. Parece que lo que nos importa y molesta es que el de fuera tiene la libertad para expresarse sin ataduras.
Por desgracia, aquí, el que más o el que menos, tenemos una carga de deudas que nos impide, muchas veces, decir lo que, un nobel senil, como tú le llamas, puede expresarya que, a diferencia de nosotros, él eligió donde vivir y siendo responsable con su decisión, actúa de frente, públicamente, diciendo lo que cree. Eso no es pecado, como mucho, un hablador.
¿Sinvergüenzas ? Cuando continuamente, una y otra vez, ponemos al frente de las instituciones públicas a personajes que, después, se pasan el tiempo entrando y saliendo de los juzgados, en vez de ocuparse de los problemas de los vecinos. ¿Qué estamos consintiendo? Cuando la mayor parte de un pueblo, a conciencia, le da las riendas de su destino a políticos, de los cuales, tenemos la certeza, no la duda, de que no son trigo limpio,¿qué es lo que después esperamos de estos?, ¿podemos llamarles sinvergüenzas, cuando sólo se limitan a realizar aquello a lo que están acostumbrados y que ya sabíamos ? ¿Quien es más sinvergüenza, el ladrón conocido, o quien conociendo el percal, pone en manos de este, su riqueza?
¿Nada responsables? Responsable es aquel, que conociendo el problema, busca la solución. En Lanzarote, en estos últimos años, ¿quien no sabía lo que podía pasar de seguir por la senda del desarrollo desenfrenado? A casi todos nos complacía hablar de dinero, aunque no fuera nuestro, eso era lo de menos. Lo importante era que sonara, aunque fuera calderilla. Ahora, simplemente, se acabo el pastel
¿Poco ecológico? La ecología es diversa, habla de la relación entre el medio natural y la persona. En esto, la población se lo ha tomado como un gran escaparate, lo bonito por ser bonito, cuando en Lanzarote se trataba de lo práctico, hacerlo bello y lo bello, hacerlo simple. No importa cuántos vertederos ilegales, ni basura en las orillas, si al final de la carretera, en la rotonda, plantamos césped.
¿Oportunistas? ¿Quién, viendo pasar por delante de su ventana, la caravana de Ali Baba, no salía a la calle para recoger las monedas que se caían en el camino? ¿Cuántas personas en esta isla vendieron lo que tenían y lo que no tenían al extranjero para después, en día de fiesta, volver al pueblo y llorar delante de sus vendidas casas? ¿Cuántos clavaron en esta tierra, la estaca con el famoso "for sale"? Todos creían ver la oportunidad de salir de pobres, es verdad, pero la oportunidad la pintan calva y, ahora, ni con crecepelos van a recuperar la tranquilidad, el sosiego, la buena vida, la vida buena.
¿Vendidos? El pasado y el presente lo hemos escrito nosotros, unos más, otros menos. En alguna medida creyendo que formábamos parte de la junta de accionistas, nos pavoneamos, como si fuéramos los dueños del cortijo. Simplemente porque el señorito (pongan lo que proceda: políticos, empresarios, funcionarios, jefes?) nos daban un golpito en la espalda. ¡Con qué poco nos conformábamos! Nos poníamos "ralitos" y ya está el señorito hacia lo que le daba la gana, ¡otra vez!
¿Descerebrados? Siempre hay motivos para que en algún momento confiemos en nosotros mismos, no puede ser posible que estemos permanentemente con la cabeza vuelta del revés. Primero porque debe ser molesto y, segundo, porque siempre estaríamos mirando para atrás. Creo que el pueblo de Lanzarote sabe lo que ha ocurrido, quien lo ha hecho y quien lo ha permitido. Ahora sólo falta que demos un paso adelante, no consintamos, no seamos cómplices, la complicidad nos hace rehenes. ¡El pueblo tiene cerebro, solo falta que lo pongamos en marcha! Pepa, admito que no somos
descerebrados, sólo que lo usamos poco.
Y, querida amiga, Saramago no tiene la culpa, él no nos ofende. Permíteme que te diga, que él sólo expresa lo que muchos pensamos y me siento honrado, que mi pensamiento, lo exprese un nobel.