Ni español ni marroquí

4 de abril de 2014 (13:00 CET)

El tema del petróleo ha levantado una amenaza sobre nosotros que aún muchos no ven.

No se trata sólo del envenenamiento del 100% del agua de consumo de Lanzarote y Fuerteventura; no es que vayamos a conseguir que el turismo huya de nuestras playas; es que ahora Canarias está en alto riesgo, por que caben muchas posibilidades de que España termine por vendernos a Marruecos.

Me hace gracia, cuando la ignorancia histórica o malintencionada de algunas personas, pretende pasar por alto que España vendió a EEUU, a finales del siglo XIX, la Isla de Cuba, falseando una guerra sin testigos en altamar, lo mismo que EEUU hizo con la explosión de su barco anclado en el puerto de la Habana.

Así como el Acuerdo tripartito de Madrid o Acuerdos de Madrid, o aquel trato cerrado entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara Occidental, firmado el 14 de noviembre de 1975 en Madrid, donde se cerró la venta del hasta entonces Sahara Español. Entre cuyos acuerdos económicos se estipulaba la cesión a Marruecos del 65% de la empresa Fos Bucraa, que explotaba los ricos yacimientos de fosfatos del Sahara Occidental, a cambio de que España obtuviese derechos de pesca para 800 barcos durante 20 años. Acuerdo pesquero que Marruecos incumplió, aunque tampoco es de extrañar considerando que España vendía armas a ambos bandos cuando la guerra entre saharauis y marroquíes.

Hoy, el mayor temor que yo tengo es el desconocimiento del Pueblo Canario de las formas de actuar de España y que se crean que estar bajo administración española es como "estar protegidos". A Canarias, la única protección auténtica le vendría con el reconocimiento internacional de su completa independencia y estatus como país libre. Ya que, como digo, la historia demuestra el peligro que se corre siendo una posesión de ultramar española.

Por eso mi apuesta por esa opción a las elecciones europeas que se llama "Los Pueblos Deciden". Por que se parte del reconocimiento y ejercicio del derecho a la autodeterminación, independencia y soberanía que desde la UE no se le pide que cumplan los países miembros. Que por el contrario, son capaces de vetar referéndum, consultas populares y cualquier acto democrático que vaya contra el ejercicio imperialista que siguen practicando, en el siglo XXI, los "dueños o administradores" de las, ahora llamadas, regiones ultraperiféricas, que no son más que las colonias de antaño.

Porque está claro que, o la Unión Europea cambia de rumbo, o tiene sus días contados.

Pedro González Cánovas, miembro de ANC

 

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