Estamos viviendo tiempos muy difíciles dentro de mi partido, el PSOE. Salvo que uno sea un marciano o un falso, decir lo contrario es mentir, y precisamente la mentira es algo que no soporto, como no soporto la hipocresía, la cobardía y el rastrerismo que practican algunos que se hacen llamar socialistas.
En estos días estoy recibiendo numerosos ataques de gente que se hace llamar socialista simplemente porque defiendo unas ideas y a unas personas en las que creo. Estoy viendo, oyendo y leyendo comportamientos de supuestos compañeros que desde luego quieren muy poco a este partido y a sus más de cien años de historia. Y todo porque he defendido, defiendo y defenderé a mi secretaria general en Lanzarote, María Dolores Corujo, Loli, como la llamamos todos aquellos que sabemos que es una persona sencilla a la que dudo que se le hayan subido los cargos a la cabeza.
Mi defensa de Loli parte del corazón y de las tripas, pero también de la cabeza. No soy una persona con grandes estudios, y mucho menos un gran intelectual como otros que uno lee por ahí. Soy un simple electricista que se levanta todos los días muy temprano, que se levanta con mucha ilusión con la idea de ganarse la vida y de contribuir en la medida de sus posibilidades a construir una sociedad mejor. Como saben algunos que me lo recuerdan de forma machacona, en un momento de mi vida tomé la decisión de abandonar el PSOE. Lo hice, para no cansar a nadie, por diferentes razones, que se resumen en algo tan básico como que no podía estar en un partido político donde no se respetaban los valores que mi cerebro y mi alma defendían. Lo hice porque un grupo pequeño de personas tomaban las decisiones sin contar jamás con la mayoría, y porque además esas decisiones casi siempre eran equivocadas y contrarias al espíritu que defiende un partido hecho por el pueblo y para el pueblo.
Con la llegada de Loli a la Secretaría General en Lanzarote recuperé la ilusión. A pesar de la distancia y del poco contacto que tenemos, porque es una persona tremendamente ocupada (demasiado para mi gusto), confío en ella, me fío de ella, y sé que no me va a defraudar. ¿De cuántas personas se puede decir algo así en política? Loli es socialista hasta la médula como yo, cree en los mismos principios en los que creo yo, y ha traído a mi partido en mi isla algo que considero fundamental: la democracia. Con ella los militantes tenemos voz, somos escuchados. Con ella las cosas se han hecho bien, hemos recuperado el pulso de la calle y hemos conseguido ganar elecciones difíciles y estar muy por encima en resultados del resto de las otras islas. Con ella seguimos defendiendo temas fundamentales de nuestro ideario como la conservación de nuestro frágil territorio, el reparto equilibrado de nuestra riqueza, la ayuda a los que más lo necesitan…
No lo ha tenido fácil. En mi partido, como en cualquier partido, existen luchas de poder. En la mayoría de los casos lícitas, porque es evidente que todo el que no está en un bando piensa que lo puede hacer mucho mejor que los que están en el otro. Y cuando digo bando es porque en ocasiones las divisiones, como las que hemos vivido en este triste y lamentable fin de semana, se convierten en batallas campales de un bando contra otro bando, de una banda contra otra banda, no de un grupo de compañeros contra otro grupo de compañeros.
He leído que Loli apoyó en el Comité Federal la salida de Pedro Sánchez de la Secretaría General. Aunque no sé la razón de su voto, porque no lo he hablado con ella, tengo que decir que si es así estoy absolutamente en contra de su decisión. ¿Cree algún compañero que mi secretaria general me va a retirar el saludo por escribir algo así? Pues no, porque la compañera Loli es una demócrata, y cree en algo tan básico como es la libertad de pensamiento y de opinión. Y en este caso pensamos de forma distinta, y no pasa nada. Yo seguiré siendo Nica para ella y ella Loli para mí.
Tanto Loli como el resto de los que participaron en la defenestración del compañero Pedro han cometido a mi juicio un error garrafal. Pedro Sánchez es el referente que la mayoría de la militancia del PSOE queríamos para el futuro. Su "no es no" era compartido por todos aquellos que queremos evitar a toda costa que vuelva al poder un señor que no lo merece, un señor que ha sido responsable como presidente del Gobierno de los peores años de gestión pública que se recuerdan, y responsable como presidente del Partido Popular (PP) de la mayor oleada de corrupción política que veremos jamás. Porque aunque nadie ponga en duda la honradez de Rajoy, y yo no haré lo contrario, está claro que por acción u omisión es responsable de todo lo que sucedió a su alrededor, como lo es de forma directísima de la equivocada política de recortes a los pobres y beneficios a los ricos.
Por eso no entiendo que algunos compañeros no sean capaces de entender que se puede ser de Loli y de Pedro, porque yo lo soy. Y no pasa nada. Esa es la grandeza del PSOE. Debemos ser capaces de entendernos opinando distinto, debemos reconstruir entre todos un partido que es la única alternativa real por la izquierda. Eso es lo que creo que debemos creer aquellos que creemos en el PSOE, aquellos que confiamos en el PSOE y aquellos que seguiremos luchando por el PSOE, con las lolis del momento y con los pedros, con los felipes y con los borreles. Todos juntos, unidos .
Por Nicanor Rodríguez, concejal del PSOE en Tinajo