En las últimas décadas, la agricultura ecológica se ha ido extendiendo lentamente por la isla y, en la actualidad, ocupa en torno al 10% de la superficie cultivada, con un total de 385 hectáreas. Su presencia es mayor en los cultivos de cebolla y batata y, en menor medida, en los de papas, uvas y verduras.
A pesar de sus virtudes para la preservación del paisaje y para proporcionar productos de calidad a sus habitantes, la agricultura ecológica de Lanzarote enfrenta retos propios, como la falta de formación de los agricultores y de concienciación de los consumidores. También retos comunes a la agricultura convencional como la falta de un sistema propio de riego confiable y que mejore la calidad del agua disponible.
La agricultura ecológica es una forma de producir alimentos de manera sostenible, "como la que se hacía aquí antiguamente cuando no había pesticidas. Cuando el agricultor tenía unos medios reducidos y había equilibrio entre la ganadería y la agricultura, de modo que se utilizaba la materia orgánica que producía para cultivar variedades autóctonas”. explica Leandro Caraballo, presidente de la comunidad de regantes de Lanzarote.
Los fundamentos de la agricultura ecológica se basan en fortalecer a la planta para que no necesite fitosanitarios, así como utilizar las variedades y las técnicas adecuadas. “Trata cosas muy normales, de sentido común: sembrar variedades autóctonas, tener plantaciones más extensas, con espacio entre plantas, y más resistentes”, resume Caraballo.
Virtudes de la agricultura ecológica
Las ventajas de la agricultura ecológica son muchas. En primer lugar la preservación de los suelos y el paisaje. Una característica incluso más importante en Lanzarote, ya que su agricultura tiene además que lidiar con aguas de baja calidad, que no están tratadas para uso agrícola.
“La producción agrícola convencional va en ascenso muy rápido al principio, por la incorporación de abonos químicos, pero llega a un punto, a los tres o cuatro años, en los que empieza a bajar el rendimiento”, explica Alfredo Villalba, propietario de plantaciones ecológicas de verduras en Haría.
Sin embargo, prosigue Villalba, “en ecológico, empiezas desde abajo, pero el aumento siempre es constante, y a los dos años puedes conseguir rendimientos iguales o incluso mejores que en convencional, porque la salud del suelo es mucho mayor”. En ecológico, conservas mejor la biodiversidad del suelo, mientras en convencional lo destruyes por completo a lo largo de los años.
“Algo exótico y alejado”
A pesar de que la agricultura ecológica, en esencia, no hace sino recuperar el modo tradicional de cultivar, la mayoría de los agricultores de Lanzarote ven la agricultura ecológica como “algo exótico y alejado”, considera Caraballo.
El presidente de la comunidad de regantes de Lanzarote señala que no ha habido “suficientes campañas de divulgación y formación a los agricultores” en agricultura ecológica, por lo que sigue habiendo cierto rechazo a cultivar sin aportar fitosanitarios y herbicidas.
Caraballo también echa de menos campañas para formar al consumidor en las ventajas de los productos ecológicos.
A pesar de que, en ocasiones, “con un kilo de batata o cebolla ecológica se puede conseguir hasta un 30 o 40 por ciento más de precio”, a menudo, “el consumidor no distingue bien el producto”, explican desde la Sociedad Agraria de Transformación (S.A.T.) El Jable, comprometida con los sistemas agrarios tradicionales.
El 25% de la producción ecológica de Lanzarote va a Ecocomedores
Una de las buenas noticias para los productores ecológicos en Lanzarote en los últimos años, ha sido la creación del programa Ecocomedores por parte del Gobierno de Canarias.
Este programa se basa en la incorporación de productos ecológicos, frescos, locales y de temporada en los menús de los centros escolares, sociosanitarios y de restauración colectiva en Canarias.
El 25% de la producción ecológica de Lanzarote, de hasta nueve productores distintos, se destina a Ecocomedores, que garantiza un precio justo fijado anualmente por los productores y que no varía a lo largo de todo el período, para evitar los vaivenes del mercado.
En Lanzarote, el colegio Capellanía de Arrecife y, desde este año, el colegio Costa Teguise, en la localidad homónima, participan en el programa.
Gustavo Crespo, responsable de Ecocomedores, explica que los estudiantes de ambos colegios toman frutas y verduras de temporada y de producción ecológica. “Principalmente es producto local de Lanzarote y si falta algo se trae de otras islas”.
El programa también contribuye a la concienciación de los alumnos y por extensión de sus familias. “A los estudiantes se les les explica la procedencia de la verdura y de la fruta. Los padres están muy contentos. Los colegios que participan en el proyecto tienen lista de espera para acceder a los comedores por la demanda que tienen”, desgrana Crespo, que también adelanta que están "en conversaciones con varios centros para ampliar el programa en Lanzarote".
La clave del agua
El programa Ecocomedores ayuda a los productores ecológicos de Lanzarote, pero no es suficiente. Los productores de agricultura ecológica también se enfrentan a muchos de los problemas que aquejan a la agricultura convencional en Lanzarote.
A medida que la agricultura ecológica iba ganando terreno muy lentamente, el territorio agrícola total en la isla no ha hecho más que disminuir. En la actualidad ocupa poco más de un 4% del territorio isleño.
La mano de obra del sector está envejecida y genera rentas muy bajas. “Falta profesionalización del sector e ingresos suficientemente atractivos para hacer inversiones”, considera Villalba.
Una de las grandes claves es el agua, su calidad y su garantía de suministro. “Si tuviéramos un agua adaptada al consumo agrícola las cosas serían totalmente diferentes”, explica el propietario de plantaciones de verduras ecológicas en Haría.
“Mientras compartamos el canal general de distribución de agua, con agua de muy baja calidad para el uso agrícola y con fincas que ni siquiera tienen suministro a diario”, es muy difícil incrementar la rentabilidad del sector.
Que las administraciones apoyen al sector agrícola y, en particular, a los empresarios que producen alimentos de manera respetuosa con el entorno, es importante para garantizar a los lanzaroteños acceso a productos locales y de temporada. Pero no sólo, porque la agricultura tradicional también juega un papel muy relevante para preservar un paisaje que, junto a los volcanes y las playas, ha definido la marca turística única de Lanzarote, que supone el 85% de la economía de la isla.