Lanzarote y el riesgo de no diversificar: una isla, un solo activo

Una economía al borde del precipicio

14 de julio de 2025 (11:00 WEST)
Turistas en una playa de Lanzarote
Turistas en una playa de Lanzarote

El turismo ha sido el motor de Lanzarote durante décadas. Ha traído progreso, empleo y una escalera social para miles de familias. Pero cuando el 82 % de tu economía depende de un solo sector, cualquier temblor puede ser devastador. Lo vimos en 2020, cuando el “cero turístico” de la pandemia dejó la isla sin amortiguadores, poniendo al descubierto su fragilidad.

Demasiado concentrada. Demasiado expuesta. Demasiado dependiente. Así es la economía de Lanzarote: una isla que ha puesto casi todos sus huevos en la cesta del turismo. En 2025, esto no es una estrategia; es una vulnerabilidad.

Lanzarote necesita diversificar. No porque el turismo sea “malo”, sino porque apostar todo a una sola carta es insostenible. Hay que usar la carta del turismo para hacer florecer lo demás.

 

¿Qué significa diversificar de verdad?

 No se trata de probar un poco de todo ni de lanzar ideas al azar. La palabra “diversificación” está agotada y a menudo malentendida. Diversificar exige estrategia: identificar en qué destacamos, dónde tenemos ventaja competitiva y qué sectores pueden crecer sin comprometer nuestros recursos. También implica renunciar a proyectos que consumen tiempo, espacio y presupuesto, y que no generan valor real.

Diversificar no es solo ejecutar proyectos. Requiere orquestación institucional. Ejemplos como Barcelona antes de los Juegos Olímpicos o Bilbao tras su reconversión industrial lo demuestran. Ambas ciudades crearon comités con expertos globales, urbanistas y socios culturales que alinearon a todos, administración, sector privado, sociedad civil, oposición, en una visión común. Lanzarote necesita ese impulso colectivo: sumar a los aliados de siempre y a quienes piensan diferente. Diversificar exige pactos multisectoriales, multipartidarios y a multinivel que perduren 10, 20 o 30 años, incluso 100. Requiere madurez política, económica y social. Luces largas en un camino incierto, confiando en que el GPS que construyamos juntos, nos ayude a llegar al destino final.

En los últimos tres años, el gobierno insular ha impulsado más documentos estratégicos que en las pasadas tres legislaturas juntas. Otro hecho significativo importante es que La Cámara de Comercio, desde su neutralidad institucional, esté trabajando un Plan que definirá el futuro de la isla, marcado por un proceso participativo que ha reunido a la sociedad civil, asociaciones, colectivos y lo que es más importante, a todas las fuerzas políticas de la isla, para derivar en una hoja de ruta basada en grandes consensos.

Es un paso crucial: toda inversión, ya sea estatal, europea o privada, requiere un proyecto definido con prioridades, marcos y reglas del juego claras. Pero Lanzarote ha avanzado históricamente a paso de tortuga, con uno o dos grandes proyectos por legislatura (si había suerte). En un mundo acelerado, donde cada día surgen nuevas alianzas y territorios que se reinventan, necesitamos saltos exponenciales (leapfrogg), activando 50 o 100 proyectos estratégicos simultáneamente en sectores vitales vinculados a la prosperidad y la calidad de nuestro proyecto de vida insular.

La diversificación no ocurre en el papel, ocurre cuando visión, recursos y acción se alinean. Sin financiación, liderazgo y decisiones valientes, esos documentos estratégicos acabarán en una estantería.

 

¿Son estos retos únicos de Lanzarote?

Otras islas con retos similares han diversificado con éxito. Seis casos relevantes, en relación con su dependencia del turismo hace 30 años (1995), a día de hoy (2025), son dignos de análisis por parte de la sociedad de nuestra isla.

Estos casos muestran que diversificar reduce la dependencia del turismo y fortalece la economía. Madeira y Malta, por ejemplo, han bajado significativamente su exposición al turismo mientras crecen en otros sectores innovadores (Ver tabla 1). Lanzarote, con una dependencia casi idéntica a hace 30 años, está rezagada, pero aún se está a tiempo.

 
Tabla 1
Tabla 1

 

 

Y en el resto de Canarias ¿quién está diversificando?

En el archipiélago, cada isla tiene su realidad, pero todas enfrentan el desafío de reducir la dependencia del turismo. Tenerife y Gran Canaria han reducido significativamente su dependencia del turismo, apostando por sectores como la ciencia y la tecnología. El Hierro, con su modelo 100 % renovable, es un referente global. Lanzarote, sin embargo, apenas ha avanzado: su dependencia del turismo sigue casi intacta desde 1995 (Ver tabla 2) La “magia” de la isla, su paisaje, cultura y comunidad no se refleja aún en datos de empleo, innovación o prosperidad. Transformar esa magia en resultados tangibles es el reto de la diversificación.

Poblaciones por islas
Tabla 2.

 

Un portafolio de diversificación para la próxima década

Lanzarote puede construir una economía resiliente aprovechando sus fortalezas: su estatus como Reserva de la Biosfera, su reconocimiento como Geoparque y la reciente designación como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM, ONU, 2024), además de un clima estable con 300 días de sol al año, y el legado cultural de César Manrique, que atrae a visitantes y profesionales creativos. Para 2035, un portafolio diversificado, respaldado por datos reales y adaptado a la isla, podría incluir:

1. Energía renovable: Desarrollar parques eólicos frente a la costa (offshore), financiados con 75M€ del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que en 2024 destinó 1.200M€ a renovables en España. Estos parques podrían generar 400 empleos para jóvenes en instalación y mantenimiento, aumentar la producción renovable del 12,3% al 50% según datos de Red Eléctrica, y abaratar la factura de luz un 20% para 50.000 hogares. Además, los 15M€ de ingresos anuales de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT, 2024) podrían financiar paneles solares para 10.000 hogares en cinco años, logrando que cada casa sea un nodo de energía limpia y autosuficiente.

2. Bioeconomía y vino: Escalar la producción de aloe vera (que tuvo exportaciones de 5M€ en 2024), y cochinilla, con un crecimiento del 10% anual, según la Cámara de Comercio de Lanzarote. Posicionar a Lanzarote como centro de formación vinícola, con la Denominación de Origen Lanzarote (1,8M de botellas al año) como base, podría generar 200 empleos y 10M€ en exportaciones en cinco años, aprovechando el suelo volcánico y técnicas de cultivo únicas. Además, las hojas de las 83.000 palmeras canarias de la isla, especialmente en Haría, podrían re-imaginar una economía de artesanía (cestería, esteras etc.) y biomasa, generando 150 empleos y 3M€ anuales, inspirada en el modelo de la palma blanca de Elche. Estas hojas, tras podas controladas contra el escarabajo Diocalandra, podrían producir 332.000-747.000 litros de combustible sostenible de aviación (SAF) al año mediante pirólisis, creando 50 empleos adicionales y 1,5M€ en ingresos (además de un proyecto pionero a nivel europeo para Binter, Iberia, AirEuropa, Aer Lingus y otras aerolíneas fieles a la isla).

3. Turismo regenerativo: Desarrollar experiencias “de granja a la mesa” (farm-to-table) y agroturismo en las 5.000 hectáreas agrícolas, y modelos turísticos donde el turista ayuda a regenerar los ecosistemas. Si se redirigiera solo el 10% de los 1,8M visitantes anuales de Timanfaya a regenerar ecosistemas de la isla, crearía un efecto dominó y llamada a un turista diferente por todo el mundo. Transformar los CACT en centros de producción de nuevos conocimientos y prácticas (think tanks), en vez de espacios pasivos de visita, podría crear 800 empleos directos y aumentar los ingresos turísticos un 7%, según el Cabildo.

4. Nómadas digitales: Atraer a 1.000 nómadas digitales con salarios de 100-150K € al año, generando 30M€ anuales en gasto local y reduciendo la presión de 2,7M de turistas en 2024 (menos masas, más inversión). Programas de mentoría con jóvenes locales y estos nómadas, podrían ayudar a crear empresas comunitarias locales fomentando nuevas economías y movilidad social de nuestros jóvenes.

5.Transformación del agua: Modernizar las desalinizadoras, que producen 68.000 m³ al día según INE, con energía renovable, reduciendo costes un 25% y nutriendo sectores como la agricultura (5.000 ha), el vino y el agroturismo. Un sistema integrado podría ahorrar 10M€ al año y garantizar agua para todas las nuevas economías. Si el 50% del agua de la isla se pierde por infraestructura antigua ¿cómo convertimos nuestra mayor debilidad en la punta de lanza de todo el sistema económico y social de Lanzarote?

6. Economía de la longevidad: La economía global de la longevidad, valorada en 8,3 billones de dólares en 2023 y proyectada a crecer un 8% anual según el Aging Analytics Agency, está impulsada por mayores de 60 años, principalmente de Europa y Norteamérica, con alto poder adquisitivo y un interés en salud, cultura, bienestar y entornos sostenibles. Este grupo, que representa el 25% de la población de la UE (Eurostat, 2024) y gasta un 20% más en turismo de bienestar que otros segmentos, busca destinos tranquilos con climas cálidos y oferta cultural. Lanzarote tiene una ventaja competitiva por su clima estable, paisaje volcánico único, estatus de Reserva de la Biosfera y legado de Manrique, que inspiran experiencias de bienestar auténticas (incrementar este segmento del mayor, y cortar el segmento de turismo joven de fiesta que no aporta). Crear un centro de bienestar y residencias especializadas podría atraer a 2.000 residentes europeos, generando 100M€ en inversión extranjera y 300 empleos en salud, hospitalidad y servicios, aprovechando el crecimiento del turismo de bienestar, que aumenta un 15% anual según la Organización Mundial del Turismo (OMT). 7)

7. Economía circular: Convertir las 96.000 toneladas de residuos anuales de la isla, según el Cabildo, en una economía circular mediante incineración o gasificación para generar electricidad (waste to energy) y reciclaje de plásticos y orgánicos para compost o bioplásticos (waste to other types). Una planta de valorización energética, inspirada en el modelo de Mallorca, podría generar 200 empleos y 5M€ anuales. Reciclar el 60% de los residuos, frente al 25% actual, podría crear 150 empleos adicionales en recolección y procesamiento, fortaleciendo la sostenibilidad y reduciendo la dependencia de vertederos.

Este portafolio, financiado por 140M-200M€ de Fondos NextGeneration de la UE y el Banco Europeo de Inversiones, podría reducir la dependencia turística al 60% del PIB para 2035, preservando la identidad de Lanzarote y permitiendo un salto de etapas generacional.

 

Conclusión: el mayor riesgo es no actuar

Lanzarote no tiene un problema con el turismo; tiene un problema con la monodependencia. Diversificar no es una amenaza al turismo: es su salvavidas.

Ningún inversor sensato pondría el 100 % de su capital en un solo activo. ¿Por qué deberíamos hacerlo con el futuro de una isla? Es hora de diseñar una nueva cartera económica para Lanzarote, invirtiendo en agua, energía, tecnología y talento humano.

El mayor riesgo no es equivocarse, sino quedarse parados y mantener el mismo sistema mientras el mundo a nuestro alrededor se transforma radicalmente. Lanzarote tiene la oportunidad de reinventarse. Con visión, valentía y acción colectiva, se puede construir un futuro donde “esa cosa especial” que tiene nuestra isla se traduzca en prosperidad para todos.

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