Para Kunal Mahtani, conejero de nacimiento y con raíces hindúes, el culturismo es mucho más que un deporte: "Es mi vida, mi pasión, mi forma de vivir. No sabría vivir de otra forma", confiesa con determinación.
Su vínculo con esta disciplina comenzó desde muy joven. En un principio, el sueño de formar parte del mundo del culturismo parecía inalcanzable. Sin embargo, la falta de confianza inicial fue cediendo paso al empeño y la constancia, que se convirtieron en sus principales aliados.
Kunal Mahtani ha cosechado numerosos logros en la talla A de la categoría Classic Physique o cuerpo clásico por el Campeonato Ben Weider NPC, el Big Man Weekend y el Spring Showdown NPC. El primer y segundo puesto tanto en el Campeonato Regional Top Tan como en la Copa Valencia. El reconocimiento entre los cinco mejores de los veintisiete atletas en culturismo open del Campeonato internacional PCA Barbarian muscle, le clasifica para las Spanish finals así como destaca al mejor posador del evento y segundo en la misma categoría del Campeonato Canarias NBBUI. Recientemente fue proclamado campeón en culturismo talla hasta 170 en Tarragona.
Voluntad frente a la apatía
Aunque su interés por el gimnasio se despertó en la adolescencia, hubo un periodo en el que la falta de tiempo y el descuido lo alejaron del ejercicio y afectaron su salud. Un análisis de sangre marcó un punto de inflexión. "Cuando el médico vio los resultados me preguntó si tenía intención de seguir viviendo con la edad que tenía", recuerda. Rechazó la medicación propuesta y, en su lugar, optó por cambiar sus hábitos desde la raíz.
Ese cambio de rumbo comenzó con la ayuda de un preparador físico en Tenerife, quien vio en él un potencial a explotar. En 2019, con tan solo 22 años, debutó como culturista en el Campeonato de Jóvenes en el Teatro Leal de Tenerife.
La resiliencia como motor
Su primera competición estuvo marcada por la pérdida de su abuelo, ocurrida solo dos semanas antes del evento. Aun así, subió al escenario y cumplió con el objetivo que ambos compartían. La pandemia detuvo momentáneamente su progreso, pero al reabrirse los gimnasios, retomó su entrenamiento con más ganas que nunca.
Actualmente, compagina su carrera deportiva con el trabajo nocturno, lo que exige una estricta organización. "Lo más complicado eran las comidas, quitarle tiempo al descanso, a los entrenamientos. Realmente te consume mucho tiempo", comenta.
Confía en profesionales para su preparación. Uno de ellos se encarga de planificar las fases de volumen y definición, mientras otro supervisa sus entrenamientos. En la semana previa a una competición, su rutina se vuelve especialmente exigente: consume entre nueve y diez litros de agua diarios de lunes a viernes, reduce a cuatro litros el sábado y apenas toma sorbos el día del evento.
El procedimiento contado desde dentro
La puesta a punto en la última semana previa al evento bebe entre nueve y diez litros de agua por día de lunes a viernes, rebaja a cuatro el sábado, mientras el día decisivo tan solo "buchitos".
Las competiciones de culturismo distinguen a los competidores por sexo, edad, peso y altura pues sin igualdad "destaca más una persona alta que baja". Esta tendencia se debe a la dificultad para desarrollar músculos según la medida.
El veredicto es subjetivo "lo que el juez busque ese día" tras comparar el físico de los aspirantes que posan en tandas. Normalmente durante la presentación en el escenario "influye mucho estéticamente el físico, la estructura, la línea, si el cuerpo es armónico, la forma" así como la seguridad que muestran los participantes en la coreografía.
Ahora el siguiente objetivo es conseguir la tarjeta profesional. Las fechas marcadas en su calendario contemplan un campeonato internacional el día 16 de noviembre en Madrid y el 30 del mismo mes compite en Marruecos.
