En torno a las 12:00 horas del mediodía del jueves 28 de enero aparecía el cadáver de un hombre de 45 años, en la Calle Gran Canaria, concretamente en la conocida como "casa del Charco". La causa del fallecimiento, según fuentes de la Policía Nacional, podría haber sido "una sobredosis de droga, a la espera de ser confirmado por el resultado de la autopsia".
El fallecido era conocido como Maxi, uno de los aparcacoches que habitualmente operaba en la zona de la Playa del Reducto. Se da la circunstancia de que el día anterior a su fallecimiento, el 27 de enero, había sido atendido por los socorristas de Cruz Roja que trabajan en la citada playa, "cuando cayó al suelo en la acera con convulsiones", como recuerda Guillén, el sanitario que le atendió. "Sufría síndrome de abstinencia y le estabilicé hasta que llegó la ambulancia y fue trasladado hasta el Hospital General Doctor Molina Orosa", relata.
Después, abandonó el centro sanitario, donde podría haber pedido él mismo el alta voluntaria, "como suelen hacer este tipo de personas, una vez que se encuentran bien", según afirma Guillén. Lo único cierto es que al día siguiente, aparecía su cuerpo sin vida en la mencionada casa, frecuentada por gente sin hogar y toxicómanos.
El segundo en dos días
Maxi se ha convertido en el segundo "gorrilla" que ha perdido la vida en los últimos tres días. El pasado martes 26 de enero, un hombre de 35 años, que este medio ha podido confirmar que era conocido como Frank, resultaba mortalmente atropellado en la carretera LZ-2, a la altura de El Cable.
Un compañero suyo, que también ejerce de aparcacoches en El Reducto, contaba a La Voz que "dos días antes había perdido a su madre", aunque deja claro que "no se estaba intentando suicidar, como dicen algunos por ahí. Fue un accidente", sentencia.
