El pesquero ‘Mathieu’ intervenido por los Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, en una operación conjunta con la Policía Nacional y la Policía Judiciaria de Portugal, en aguas próximas a Cabo Verde ha sido remolcado a Puerto Naos en Lanzarote. La embarcación venía cargada con 1.000 kilos de cocaína que han sido incautadas, una operación que se ha saldado con la detención de sus seis tripulantes.
Un abordaje que se llevó a cabo por el patrullero ‘Fulmar’ de la Agencia Tributaria en el océano Atlántico, a 600 millas de Cabo Verde. Una operación coordinada por la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, mediante una investigación para dar con el punto exacto donde se encontraba la embarcación.
Los agentes observaron que la embarcación, de nombre ‘Mathieu’ y registrada en el puerto de Georgetown, navegaba sin pabellón. A partir de aquí, solicitaron a las autoridades de Guyana la confirmación del registro de esta embarcación en su país y la autorización de su traslado al puerto español más cercano.
Cuarenta fardos de cocaína en la cubierta de la popa
Durante el transcurso de la intervención, los agentes encontraron cuarenta fardos de cocaína en la cubierta de la popa, de los que se utilizan normalmente para el traslado del clorhidrato de cocaína. Ante los hechos, los agentes detuvieron a los seis tripulantes del pesquero, dos de ellos de nacionalidad albanesa y el resto de nacionalidad guayanesa, y al aseguramiento de la embarcación.
Una vez trasladados los detenidos a bordo del ‘Fulmar’, se inició el remolque del pesquero y su traslado en la embarcación española hasta Puerto Naos en Arrecife.
Una investigación es fruto de los canales internacionales existentes para la lucha contra el tráfico de drogas, mediante los cuales se recibió una información procedente de la agencia norteamericana, que alertaba de la existencia de una organización criminal internacional que pretendería llevar a cabo el trasvase de una gran cantidad de cocaína desde un buque a otro en alta mar.
La información de la que disponían los investigadores coincidía con la que poseían las Unidades de Investigación contra el Narcotráfico de la Policía Judiciaria de Portugal, por lo que se estableció un operativo conjunto destinado a la localización exacta del transporte de cocaína. Con la alerta recibida la interceptación rápida de la embarcación se diseñaba como el escenario más efectivo para evitar que la droga pudiera desviarse de manera diversificada hasta España.
