"Es culpa mía por haber tenido relaciones sexuales con ella, pero fueron consentidas". Así se ha manifestado Juan Manuel Domínguez, que este jueves se sentó en el banquillo de los acusados por un presunto delito de abusos sexuales contra su hijastra, cuando esta tenía 14 años. La Fiscalía ha ratificado la pena de prisión de 10 años y pide una indemnización para la víctima de 14.000 euros por los daños morales ocasionados.
Los hechos juzgados por la Audiencia Provincial de Las Palmas se remontan al año 2009 cuando, entre mayo y julio, según la Fiscalía, el acusado, aprovechando la relación sentimental que mantenía con la madre, llegó a tener cinco encuentros sexuales con la menor de 14 años, con quien convivía en Playa Honda, llegando "a penetrarla en tres ocasiones", "sin método anticonceptivo alguno". Como consecuencia de los hechos, la menor quedó embarazada, teniendo que interrumpir su embarazo. Tras los análisis realizados se comprobó que "el padre era el procesado".
El acusado ha reconocido haber mantenido relaciones sexuales con la menor, pero ha asegurado que fue "con consentimiento". Asimismo, ha señalado que sólo fueron tres los encuentros de carácter sexual y que sólo en uno de ellos hubo penetración. La primera vez, según Juan Manuel Domínguez, sólo hubo tocamientos. La segunda, "se puso nerviosa y se interrumpió". La tercera, según ha reconocido ante la sala, ya se consumó. "Me dejé llevar", ha precisado el procesado.
"Ella quería estar conmigo", ha afirmado el acusado. "Me acompañaba a todos lados, me atendía, me rapaba, me cortaba las uñas?", ha añadido. Según él, la joven le hacía además "regalos". De hecho, ante la sala se ha mostrado una carta que la menor le escribió por su cumpleaños, en la que la joven le decía que esperaba "ser mayor", para poder "salir con él". "Me refería a ser mayor para poder salir con ellos a bailar y esas cosas que no podía hacer todavía", ha replicado la joven.
Según el procesado, la madre y la menor estuvieron viviendo con él hasta el mes de julio. Entonces, según ha relatado, la menor le llamó un día para comunicarle que creía que estaba embarazada. "Compramos la prueba y salió negativa", ha asegurado Juan Manuel Domínguez.
"Me violó"
La entonces menor, entre lágrimas, ha señalado durante el juicio que en ningún momento las relaciones fueron consentidas y que no fueron tres sino cinco los encuentros sexuales. La primera vez, según ha relatado, el acusado le realizó "tocamientos" en sus genitales. "Yo estaba acostada, cuando empezó a tocarme. Yo no sabía qué estaba pasando y me hice la dormida", ha señalado. "Siempre voy a tener en la cabeza el día que empezó todo".
La siguiente vez, según ha relatado la joven, el acusado le "agarró los brazos" e intentó quitarle "el pijama. "Intentó violarme, me tocaba, pero no lo consiguió. Le empujaba y al final pude resistirme". La joven ha relatado otros tres episodios sexuales, en los que ya hubo "penetración". "Me agarró fuerte, me quitó la ropa, le gritaba, pero me violó" Todos los episodios, según ella, fueron cuando la madre "no estaba en casa".
La joven asegura que no dijo nada hasta que se enteró de que estaba embarazada "por miedo". "No era capaz de contarlo. Tenía mucho miedo a la reacción de todo el mundo".
Precisamente, la madre ha sido la siguiente en declarar en este juicio, que se ha extendido por espacio de cuatro horas. La mujer ha afirmado que nunca percibió "nada raro". "La veía llorando, no era muy comunicativa, pero pensé que era anorexia, porque empezó a adelgazar mucho y no comía bien", ha señalado. "Cuando nos fuimos, ella me decía que no quería volver a esa casa, pero pensé que era por nuestra relación", ha añadido.
Sin embargo, ante el estado de salud de la hija, la madre decidió llevarla al médico y fue entonces cuando se descubrió que estaba embarazada tras realizarle unos análisis. "Me quedé en shock cuando me enteré de que estaba embarazada".
En el juicio, también se han tenido en cuenta los informes psicológicos que señalan que el testimonio de la joven es "altamente creíble". Asimismo, en el juicio ha declarado una psicóloga infantil que ha ratificado este hecho y ha puesto de manifiesto que la joven presenta un "cuadro depresivo". Varios testigos, entre ellos algunos familiares de la joven, así como un profesor y el entrenador de baloncesto, entre otros, también han declarado en el juicio.
Contradicciones
El fiscal, Ignacio Stampa, ha ratificado la pena de 10 años de prisión para el acusado por un delito de abusos sexuales continuado. Sin embargo, el fiscal ha decidido no elevar el delito a agresión sexual "ante las contradicciones" que se han sucedido durante el juicio. Además, la violencia con la que según la joven se sucedieron los hechos, sólo ha sido relatada durante la vista oral y no antes en declaraciones a la policía. "A la policía no le dice que fue violada", ha señalado.
Asimismo, el fiscal ha hecho referencia a la labor de las psicólogas que exploraron a la joven de quienes ha dicho que no duda de "su profesionalidad, pero sí de sus métodos". Y es que, una de ellas ha manifestado durante la vista oral que sólo ratificó el informe que decía que el testimonio de la menor es "altamente creíble" pero que ella nunca vio a la joven.
El fiscal ha señalado asimismo que, al menos, ha visto al acusado "avergonzado" y que no sabe por qué ahora se "ha agravado" la versión de la joven. "No fue violada continuamente. ¿Abusos sexuales? Es posible", ha concluido el fiscal.
Por su parte, el abogado de la acusación particular considera que ha quedado probado que las relaciones sexuales "no fueron consentidas" y da veracidad a los informes psicológicos.
Por último, el abogado de la defensa ha pedido la absolución del acusado, al entender que "no hay pruebas suficientes" para condenarle por un delito continuado de abusos sexuales. "En el ámbito social, una relación entre una menor y un adulto no está aceptada, pero es verosímil", ha señalado el abogado, haciendo referencia al testimonio de su cliente, que en todo momento ha asegurado que las relaciones sexuales fueron "consentidas".
El letrado ha señalado que quizá hay algún motivo de resentimiento en todo ello. "¿Cómo le explica una niña a su madre que era consentida? ¿Qué pensará una madre de un señor que tuvo una relación con ella y después con su hija? Imagino que querrá hundir y dañar a esa persona", ha señalado el abogado, quien cree que bajo la denuncia no sólo se encuentra una "venganza personal, sino también de una cuestión económica".
