La mujer y los hijos se han negado a declarar en el juicio

El acusado de intentar matar a su esposa dice que no recuerda nada, pero pide perdón: "Me arrepiento por los daños que pueda haber causado"

"Estoy arrepentido por los daños que pueda haber causado a mi esposa y a mis hijos. Cometí un error y debo ser castigado". Con estas palabras de Ryan Fustenberg, acusado de un delito de homicidio en grado ...

23 de mayo de 2012 (23:05 CET)
El acusado de intentar matar a su esposa dice que no recuerda nada, pero pide perdón: Me arrepiento por los daños que pueda haber causado
El acusado de intentar matar a su esposa dice que no recuerda nada, pero pide perdón: Me arrepiento por los daños que pueda haber causado

"Estoy arrepentido por los daños que pueda haber causado a mi esposa y a mis hijos. Cometí un error y debo ser castigado". Con estas palabras de Ryan Fustenberg, acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, ha concluido el juicio celebrado este miércoles en el Palacio de Justicia de Arrecife, por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria.

El Ministerio Fiscal solicita nueve años y seis meses de prisión por este hecho, además de un año de cárcel por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Ryan Fustenberg está acusado también de dos delitos de lesiones, por los que se solicitan 12 días de prisión.

Los hechos se remontan al 15 de mayo de 2011, cuando Ryan Fusteberg, ya separado de su mujer, acudió al domicilio familiar, donde se encontraban en ese momento sus dos hijos menores. El acusado, según el Ministerio Fiscal, comenzó a discutir con su hijo, al que "le propinó un golpe a la cara".

Su mujer llegó a casa acompañada de dos amigos y, según la Fiscalía, fue entonces cuando se inició una discusión. El acusado, "con ánimo de matar" a su mujer, se dirigió al cajón de los cubiertos y cogió un cuchillo de 21 centímetros" y "se lo intentó clavar en el abdomen". La mujer lo esquivó "con el brazo izquierdo", sin evitar que "el cuchillo le atravesara completamente".

Ante sus gritos, según el Ministerio Fiscal, uno de los amigos acudió en su auxilio e intentó reducir al procesado, quien "se soltó y le dio otra cuchillada" a la mujer, en esta ocasión "en la pierna izquierda". En ese momento, entró el otro amigo, que "cogió al procesado por la espalda", cayéndose ambos al suelo junto a la víctima, a la que el agresor la tenía "agarrada por el pelo" y le dio otra "cuchillada en la cabeza". El procesado se encuentra desde entonces en prisión provisional.

Se niegan a declarar

Ryan Fusterberg ha declarado no recordar nada de lo ocurrido ya que, según ha asegurado, aquel día "estaba muy borracho". Sin embargo, en sus declaraciones previas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife, Ryan Fusterberg reconoció haber intentado agredir a su esposa, aunque en señal de defensa, según se ha puesto de manifiesto durante la vista oral. "Declaré eso porque era lo que me habían comentado mis hijos", ha apuntado.

Sin embargo, su mujer y sus dos hijos se han acogido a su derecho de no declarar durante el juicio, aunque sí lo han hecho los dos amigos que aquella noche fueron testigos de los hechos. Ambos han coincidido en señalar que acudieron al domicilio junto a la víctima, tras recibir una llama de la hija, contándoles lo que estaba sucediendo.

Los dos hombres afirman que se quedaron fuera de la vivienda, hasta que fueron alertados por un grito de la víctima. "Estaba en la puerta y vi como iba a por ella. Entre en el domicilio. Había un forcejeo y sangre", ha relatado uno de ellos, que ha asegurado que no vio "ningún cuchillo". Sin embargo, este testigo había declarado lo contrario en la fase de instrucción e, incluso, afirmó haber sufrido "un pequeño corte" al coger el arma.

El otro amigo ha señalado que entró en el domicilio y que vio "sangre en el pasillo" y a Ryan llevando a su mujer "del pelo". "Me abalancé encima y después llegó la policía", ha relatado. El hombre también ha afirmado que no vio "ningún cuchillo." "Escuché a alguien después hablar algo de un cuchillo, pero yo no lo vi", ha afirmado el testigo, quien ha insistido en que Ryan es "una persona tranquila" y "puede que estuviera bebido, porque ese comportamiento no era propio de él".

En estado "agresivo"

Durante la vista oral, también han declarado los cuatro policías que aquel día acudieron al lugar de los hechos y que han coincidido en resaltar el estado "agresivo" en el que se encontraba el acusado, así como la "altísima resistencia" que opuso. " Nosotros dos llegamos primero y conseguimos inmovilizarlo, pero tuvimos que esperar a que llegaran nuestros compañeros para poder reducirlo", ha asegurado uno de ellos.

Según este policía, cuando llegaron al domicilio el acusado tenía a la víctima "sujeta por el cuello", mientras otro hombre se encontraba "encima de él". La niña, según ha afirmado, les contó que había habido una discusión, que el acusado había abofeteado a su hermano y que llegó la madre y le clavó un cuchillo. "El hijo nos lo dio. Nos dijo: éste es el cuchillo", ha señalado.

Dos miembros de la unidad de la Policía Científica han manifestado que había "claros signos de violencia" en el salón de la vivienda y "un abundante charco de sangre".

Por último, han declarado los dos médicos forenses, que atendieron a la víctima y a los dos amigos de la misma. Uno de ellos ha insistido en señalar que cerca de las zonas donde la mujer recibió las puñaladas, se encuentran importantes músculos y arterias que, si llegan a ser dañadas, podrían haber comprometido la vida de la afectada. Uno de los cortes, ha explicado, fue provocado además en la cabeza, en la zona de "la coronilla", que quedó "como un colgajo".

Los forenses han resaltado que si el acusado hubiera bebido "se hubiera visto mermada su psicomotrocidad" y que, por las características de las heridas de la víctima, "no parece" que así fuera.

La defensa pide "una sentencia justa"

El Ministerio Fiscal ha ratificado la pena solicitada para el acusado, tras entender que los hechos quedan acreditados, a pesar de las "dificultades" habidas durante el juicio, por la "negación a declarar" de los principales afectados y la "amnesia selectiva" del procesado.

El fiscal ha insistido en la coincidencia de los testimonios de los policías y de los médicos forenses, así como de la declaración que en su día realizaron la víctima y sus amigos en la fase de instrucción. Además, considera que el procesado tenía intención de matar, por el arma que utilizó, porque lo hizo de forma repetida (tres veces) y por el "altísimo compromiso vital en las lesiones".

Por su parte, la defensa ha pedido "una sentencia justa", al entender que no hubo un delito de homicidio, sino como mucho un delito de lesiones en el ámbito familiar. "No se ha probado el ánimo de matar. No hubo premeditación, ni maltratos anteriores", señaló el abogado.

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