No es muy comprensible que un par de turistas la emprendan a tortas con el taxista que les lleva hasta su hotel sólo por no estar de acuerdo con la tarifa a pagar, pero lo cierto es que esta situación ha venido repitiéndose en las últimas semanas en la Isla, y no sólo afectando al sector del transporte público sino también al de la actividad hotelera.
Recientemente, además de conductores, varios recepcionistas de medianos complejos turísticos han sufrido actitudes violentas de clientes que estaban disconformes con la suma a liquidar.
Las tres asociaciones del taxi existentes en Lanzarote se han puesto las pilas y, aprovechando de alguna manera la próxima instalación de nuevos sistemas para la mejora del servicio, están planteándose en la actualidad incorporar a sus vehículos métodos que permitan que un cliente de esta guisa no pueda agredirles, al menos físicamente.
Así lo manifestó a este medio José Melián, vicepresidente de la Asociación del Taxi de los municipios de Yaiza, Tías, Teguise, Tinajo y Haría, para el que, en general, estas agresiones son fruto del excesivo alcohol consumido por ciertos visitantes y de una rebaja en la clase social del turista que nos visita en los últimos años.
"Los turistas vienen de vacaciones y vienen a pasárselo bien, por eso normalmente el exceso en la ingesta de alcohol es lo que propicia este tipo de actitudes. Además, cada vez el tipo de turista que viene tiene menos poder adquisitivo y muchos de ellos menos educación. Ahora mismo nos visita la misma cantidad de gente, pero con peor poder adquisitivo y todo les parece caro". Según Melián, "por los precios nunca hubo problemas" con los clientes extranjeros. "Tenemos una hoja con las tarifas en el coche que siempre está expuesta".
Agresiones
Los ejemplos de esta oleada de violencia no faltan, a pesar de que los propios taxistas aseguran que nunca se engaña a un turista encareciendo el trayecto en una isla tan pequeña como Lanzarote.
La semana pasada en Puerto del Carmen dos turistas británicos requirieron los servicios de un taxi. Al llegar al punto de destino, un complejo turístico de la calle Anzuelo, ambos mantuvieron una discusión con el taxista sobre el precio a abonar por el trayecto recorrido. Los británicos terminaron agrediendo al taxista, que resultó lesionado sufriendo heridas leves en distintas partes de su cuerpo, con hematomas que requirieron varios puntos de sutura en su rostro. Ambos turistas fueron detenidos por la Guardia Civil. La discrepancia que originó el altercado se basaba en este caso en una diferencia de menos de 4 euros.
Más ejemplos. Hace pocos días una pareja de turistas escoceses se enfrentaron al recepcionista de un hotel, al discrepar con el montante que se suponía debían pagar por su estancia en el establecimiento. Tras una acalorada discusión, el empleado no tuvo más remedio que llamar a la Guardia Civil sin imaginar, claro está, que uno de los agentes de la Autoridad se iba a convertir en la diana perfecta para unos turistas muy alterados.
Al altercado público le siguió el intento de agresión de uno de los turistas sobre uno de los guardias civiles. Cuando los agentes estaban deteniendo al hombre, la mujer golpeó violentamente a uno de los guardias, teniendo también que ser detenida. Ambos continuaron en una actitud agresiva y violenta, sobre todo el varón, quien causó serios desperfectos en el vehículo policial fracturando incluso el cristal de una de las ventanas.
Además, una vez trasladado hasta dependencias oficiales, allí ocasionó daños materiales en el mobiliario de las oficinas.
Las asociaciones de taxis de la Isla recuerdan el caso de varios jóvenes que destrozaron totalmente el vehículo de un taxista de Arrecife, o la agresión de un menor a un conductor de Playa Honda, pero aseguran que nunca estos hechos aislados con los turistas se habían prodigado tanto en tan poco espacio de tiempo.
Seguridad e inmediatez
Los taxistas exigen más seguridad a las instituciones, aunque saben que es complicado contar con más presencia policial, tanto en las calles como en los locales. Por ello, el colectivo no descarta la puesta en marcha de medidas como una mampara de separación entre el conductor y los clientes que se suben al taxi. "Podría ser un elemento que daría quizás mala imagen para el turismo de la Isla, aunque si seguimos en este plan, habrá que instalarlas en cada uno de los más de 400 taxis que hay en Lanzarote".
Lo que sí va a ser una realidad en un par de meses es el Global Positioning System (GPS) o Sistema de Posicionamiento Global, que permitirá conocer a cada instante y las 24 horas del día las coordenadas de la ubicación exacta de cada taxi. "Con este sistema se podrán grabar todas las conversaciones de la emisora del radiotaxi, con lo que una central se percatará inmediatamente de cualquier tipo de agresión. Al parecer, las asociaciones pretenden instalar la base central del GPS en la estación de guaguas de Arrecife.
"En dos meses y medio estaráninstalados los dispositivos en todos taxis de la Isla", adelantó el representante de la citada Asociación. "Además de aportar más seguridad, los taxistas ahorrarán kilómetros en vacío al tratarse de un trabajo coordinado, gracias al cual en lugar de esperar unos cinco minutos, ahora el cliente tendrá en un minuto el taxi que solicitó". Y es que este sistema es capaz de recibir en un solo minuto entre 22 y 23 llamadas.
Otro novedoso sistema de demanda de taxis de cara a los establecimientos hoteleros se basa en un pulsador ofertado a todos los empresarios que soliciten frecuentemente este servicio de transporte. "Al apretar un botón desde un hotel o cualquier establecimiento, inmediatamente será emitido un ticket con el número de taxi que irá a recoger al cliente", todo un ingenioso invento que funciona mediante vía satélite.