Emprender

Jorge Martín, de las canastas a tener dos negocios con 25 años

El joven lanzaroteño es socio de un gimnasio y de un bar de copas en Tenerife, después de conseguir debutar en la Liga EBA con el CB Conejero y de ser campeón de Canarias de Fitness

1 de octubre de 2022 (08:00 CET)
Actualizado el 1 de octubre de 2022 (09:03 CET)
Jorge Martín
Jorge Martín

Veinticinco años, un campeonato de Canarias de fitness, un debut en una división nacional de baloncesto y socio de dos negocios. Ese es el resumen rápido de la vida de Jorge Martín, un lanzaroteño que pese a su juventud, ha conseguido algunos de sus sueños de niño.

Todos esos logros tan diferentes tienen como origen el año 2015, cuando decidió mudarse a Tenerife para finalizar sus estudios de bachillerato, mientras lo compaginaba con el deporte que había marcado su vida, el baloncesto. Jugó en el Luther King, un club que militaba en la Liga Insular de Tenerife, y al finalizar la temporada decidió cambiar completamente de disciplina deportiva. 

Y es que cuando inició sus estudios superiores, cursando el Ciclo Superior de Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD) en Tenerife, se inició en el mundo del fitness, entrenando en el gimnasio BeFit Gym. Nunca pensó que esa empresa sería tan importante, y donde pagaba una cuota para poder entrenar, acabó siendo su primer negocio con tan solo 23 años. 

“Estuve 9 meses de dura preparación, haciendo muchos sacrificios, y terminé yendo al Campeonato de Canarias de Fitness, donde conseguí un oro y, al mes, un bronce”, explica Martín. El mundo del fitness es, posiblemente, uno de los más duros en cuanto exigencia en los entrenamientos y comida, algo que se complica aún más cuando solo tienes  21 años y tienes que prescindir de los hábitos típicos de esa edad.

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Jorge Martín en la competición

“Me privé de muchas cosas, tuve que quitarme todo aquello que no era compatible con haces seis comidas al día, como por ejemplo, salir de fiesta con mis amigos”, explica. Una vez finalizó con buen sabor de boca esta experiencia, decidió “deja de lado” este mundo, para regresar a Lanzarote en 2019.

“Al final, tú eres quien decide dónde puedes poner el fracaso".

Vuelta a la cancha y debut en Liga EBA

Jorge Martín, con la titulación de TAFAD, decidió en su vuelta a casa trabajar en los centros deportivos de la isla, que a su vez compaginaba con otros trabajos como ayudante montador de carpas. Además, decidió volver a las canchas, en el CB Conejero de la capital. 

Martín explica que la idea inicial, cuando contactó con el club, era entrenar con el primer equipo, que ese año disputaba su cuarta temporada en la Liga EBA –cuarta división del baloncesto nacional-, y jugar con el equipo que disputaba la Liga Autonómica con los equipos del archipiélago, es decir, el filial. Sin embargo, a medida que iba avanzando la temporada, fue contando cada vez más para el técnico del primer equipo, Iñaki Merino, llegando incluso a terminar disputando 20 minutos por partido.

“Al final lo conseguí a base de trabajo y sacrificio, por ese modo competidor que siempre he llevado dentro. Siempre estaré súper agradecido de la oportunidad que me dio Iñaki Merino”, señala.

La temporada acabó antes de tiempo, ya que aquel 14 de marzo de 2020 se decretó el Estado de Alarma nacional, a causa de la pandemia del coronavirus, lo que dio por finalizada la liga 2019-2020.

 

Asociarse a un gimnasio en plena pandemia, idea para “locos por el fango”

Jorge Martín, en pleno confinamiento y con 23 años, decidió regresar a Tenerife y arrancar el que quizá fue el proyecto de su vida: ser socio del gimnasio con el que consiguió el Campeonato de Canarias, Befit Gym. “La pandemia ha acabado con muchas cosas, pero también ha dado muchos frutos”, asegura. 

“Tendría que tener el nombre del gimnasio tatuado por algún sitio”, apunta  entre risas el joven, que además reconoce que la afinidad con el que era el hasta entonces único dueño del gimnasio, José Hortiguela, le facilitó la decisión de arrancar en ese mundo.

No obstante, si los inicios de cualquier negocio son difíciles, lo son aún más cuando el mundo está envuelto en una pandemia. “Fue muy complicado, a parte del dinero necesario y de las horas empleadas, el Covid iba en contra nuestra. Íbamos de fase para arriba y para abajo, aforos reducidos, e incluso nos cerraron mes y medio en la navidad de 2020”, explica el joven emprendedor.

Jorge Martín en BeFit Gym
Jorge Martín en BeFit Gym
 

Ese nivel 3 en el que estuvo Tenerife en esas navidades, que en ese momento implicaba el cierre de los gimnasios, no fue un impedimento para que Jorge Martín continuase con la ilusión y las ganas de su nueva vida. “Pese a estar sin ingresos, decidimos cambiar máquinas y pintar el interior del gimnasio. Cuando la gente regresó, nos decía que no podíamos estar quietos, ni con una pandemia”, señala. 

El fracaso está siempre en la cabeza de los que emprenden un negocio, aunque Jorge se muestra muy tajante ante esa posibilidad: “Al final, tú eres quien decide dónde puedes poner el fracaso. A José y a mí nos encanta esto, somos unos locos por el fango, y nos metimos de lleno para triunfar”. 

 

Diez meses después de arrancar con BeFit, nace el proyecto de Omnia Tenerife

Jorge es la típica persona que no sabe estarse quieto, y tan solo diez meses después de abrir BeFit Gym, decidió que era “buena idea” montar un bar de copas en La Laguna. 

“Junto a otro amigo que se llama Ubay, José y yo decidimos arrancar la idea de Omnia y estuvimos cerca de un año de obras”, explica. El local, situado en la calle Doctor Zamenhof, una de las que rodea al famoso Cuadrilátero, llevaba años cerrado, por lo que tuvieron que invertir bastante tiempo y dinero para que pudiese arrancar. 

El pasado 22 de febrero de este año, el proyecto de Omnia Tenerife abrió sus puertas. “Decidimos darle un giro a La Laguna,y afortunadamente la gente ha respondido bastante bien”, explica Martín, que vuelve a incidir en el gusto “por el fango” de él y sus socios en estos nuevos proyectos. No obstante, Omnia Tenerife ha sufrido cambios en los últimos meses, y uno de los socios ha abandonado el proyecto aunque otro joven, de la misma edad que Jorge Martín, se ha unido. "Continuamos igual, y tanto José como yo, junto al amigo Carlos Pérez que también se ha asociado, haremos que Omnia continúe su camino", explica. 

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Jorge Martín en Omnia Tenerife 

Sin embargo, al margen de la alegría de los éxitos empresariales, está la realidad de joven de 25 años que ve como su tiempo libre se reduce al máximo. “Yo no me esperaba tener este ritmo de vida con 25, pero siempre le dije a mi padre que serviría para jefe, aunque sí es verdad que es muy duro compaginarlo con la vida social”, apunta. 

“Son muchos sacrificios, pero la clave es rodearte de un equipo humano compuesto por la familia y amigos cercanos. Sin ellos, ahora mismo estaría en Lanzarote trabajando en cualquier centro deportivo”, asegura.

Jorge Martín continúa actualmente inmerso en sus proyectos en Tenerife, y desde que puede regresa a Lanzarote para ver a su familia y amigos. Asimismo, envía un mensaje para aquellos que traten de luchar por un sueño: “No es tan fácil como se pinta, no todo es abrir un negocio y ganar dinero. Hay que echarle horas y tener un dinero, pero si tienes un sueño, ve a por ello”, señala Jorge, quien además hace especial énfasis en que este mensaje no quede “como la típica frase de Instagram”, sino que cale en los jóvenes de la isla. 

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