Tras la pandemia y el confinamiento, el debate acerca de la importancia de la salud mental y la lucha por la desmitificación de problemas como el suicidio o los trastornos mentales ha ido en aumento. En ese periodo, con las consecuencias del encierro creció la demanda de atención psicológica en todo el país, pero también en Lanzarote.
"La salud mental no solo implica los servicios sanitarios de Psiquiatría, el término de salud mental implica muchísimo más", comienza el psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Lanzarote Francisco Sande. La salud mental es un término transversal que atañe desde la "salud familiar hasta la salud laboral o la salud educativa, entre otras".
El experto en Psiquiatría Francisco Sande explica que en las consultas médicas comenzaron a "notar el aumento" de la demanda sobre septiembre de 2020. Según su experiencia trabajando con niños y adolescentes, "hubo entonces un repunte importante de personas demandando la atención en los servicios de Psiquiatría", añade. Esta tendencia, que se agravó a causa del coronavirus, ya venía acrecentándose desde hace algunos años.
Sande explica que no solo cada vez más jóvenes demandan atención psicológica o psiquiátrica sino que, "sobre todo, ha aumentado la gravedad de los casos" entre sus pacientes. En esta línea, expone que han aumentado también los gestos autolíticos, la ideación y la tendencia suicida.
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En el caso particular de los adolescentes, "han aumentado mucho" los casos de ansiedad y depresión y "la gravedad de esos cuadros ansiosos y depresivos", pero además también han aparecido de forma más frecuente los trastornos de la conducta alimentaria. El trastorno alimentario más frecuente diagnosticado es el no especificado, "que es el que tiene síntomas y signos de tanto de anorexia como de bulimia. Ese es el que más diagnosticamos nosotros. Tiene conductas restrictivas respecto a la alimentación y periodos de atracones".
Sobre si esta tendencia seguirá aumentando tanto como lo hizo durante el año del confinamiento, el psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil estima que su percepción, "subjetiva y sin datos, es que este año 2023 está reduciéndose un poco".
La salud mental en adolescentes
Sobre si las redes sociales juegan un papel fundamental en los daños a la salud mental, Sande afirma que hay "muchas hipótesis no confirmadas", pero que se está estudiando cuál es la repercusión de la revolución tecnológica, el uso excesivo de las pantallas y los teléfonos inteligentes en la población. "Yo creo que el aislamiento siempre genera muchos problemas de ansiedad y depresión y por tanto riesgo suicida", expone. Además, "el mal uso sucesivo e indiscriminado de redes sociales y de nuevas tecnologías en general puede generar aislamiento y problemas en estas patologías".
En esta línea, señala el papel que juega "una cultura que tiende hacia el individualismo, no a la agrupación de personas de la que venían probablemente nuestras familias. Antes existía una cultura mucho más social y ahora vamos hacia una cultura más individual. Yo creo que eso también está generando este tipo de problemas o dificultades", añade Sande.
El grupo familiar y de amistad, fundamentales
Frente a estas dificultades, el sanitario destaca que la mejor herramienta es "precisamente" el sentimiento de pertenencia al "grupo". Para los adolescentes, más afectados por la inestabilidad emocional, los problemas con la imagen, o la forma de enfrentar la frustración, es fundamental tener dos núcleos fuertes: el familiar y el de amistad. "Está demostrado que un adolescente de una familia bien avenida, donde hay sentimiento y una unión importante, es menos probable que desarrolle patologías psiquiátricas", ejemplifica. Pasar tiempo diario calidad y una buena convivencia es uno de los pilares en la salud mental de los adolescentes.
Asimismo, Sande explica que la adolescencia es el periodo "más importante" y donde "más se valora" la amistad. En ese sentido es valioso "el poder mantenerlos en un grupo razonablemente estable de amigos y de buena calidad emocional. Yo creo que son las dos claves", añade el psiquiatra.
Para entenderlo de forma más gráfica, el experto añade un ejemplo. "Un adolescente necesita también estar en su habitación, un tiempo de independencia, pero que eso no se convierta en estar toda la tarde en el cuarto, sino que salga de su cuarto, por supuesto, fuera de casa al aire libre o a realizar actividades deportivas con su grupo de iguales", explica. También que salga de su habitación y que esté en casa en familia para "compartir la comida, la cena y tiempo. Esa es una de las herramientas que siempre hablamos en consulta".
Cómo gestionar la frustración
"Trabajamos mucho en consulta la tolerancia a la frustración", continúa el psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Lanzarote. "Es verdad que debemos hablar y decir lo que nos molesta, pero hay que entender que no tiene por qué molestarnos todo y debemos aprender a graduar la molestia que nos producen las cosas", informa. En un caso práctico, el especialista pone en situación: "Antes iba a un restaurante y si le ponían la comida que no estaba del todo bien. Bueno, lo hablaban entre ellos y decían bueno, no volvemos, pero ahora se genera un malestar tan intenso que al final ni es agradable el día ni nada".
En una materia pendiente no solo en adolescentes sino también en adultos, Sande valora que "a cada cosa que nos ocurre de forma no deseada le damos un grado de importancia tan alto que, al final, siempre nos encontramos en ese estado de malestar. Eso no quiere decir que no haya que validar esos estados de malestar porque hay gente que lo está pasando mal y hay que decirlo, pero que sí que hay que trabajar progresivamente"
¿Es justo el término generación de cristal?
A las conocidas como Generación Zeta y Millennial, aquellas nacidas entre 1993 y 2012, la filósofa moderna Montserrat Nebrera los ha rebautizado como Generación de Cristal, aludiendo a su "sensibilidad" emocional.
"Las generalizaciones nunca son buenas, ya hemos pasado por unas cuantas y venden, venden bastante, pero yo creo que no se sirve nada más que para para eso, para catalogar a mucha gente que no tiene por qué", defiende Sande. Sobre el término generación de cristal, Francisco Sande explica que históricamente el ser humano "siempre ha tenido un discurso sobre la juventud que no es justo ni adecuado". Además, añade que hace más de 3.000 años en Egipto ya se relacionaba a los jóvenes como "holgazanes".
