Mamadou llegó a Lanzarote hace nueve años, procedente de Mauritania. Ahora trabaja como comercial de alquiler de coches pero en su tiempo libre se dedica a moverse por diferentes asociaciones con el objetivo de ayudar a compañeros que, como él, han dejado atrás su país y han comenzado una nueva vida en esta isla.
Tras ser el delegado de la Asociación Mauritano-Española de Intercambio Cultural en Lanzarote, ha decidido poner en marcha una nueva iniciativa más concreta, más independiente, que al mismo tiempo logre integrar otras culturas.
"Nuestro objetivo es dar a conocer las diferentes culturas, para así lograr la integración de los inmigrantes a través de charlas, conferencias, encuentros y exposiciones". Son las palabras de Mamadou como presidente de esta nueva asociación, creada el pasado mes de septiembre. "Ya tenemos aprobados los estatutos, y tenemos muchas ideas, muchos proyectos, lo que ahora nos hace falta es un local que sea un punto de encuentro".
Para ello, Mamadou se ha remitido a diferentes instituciones. "Hemos acudido al Ayuntamiento de San Bartolomé, hemos hablado con la concejala de Asuntos Sociales e Inmigración, Loly Curbelo, pero hasta ahora no hemos conseguido nada", explica Mamadou. "Deberían entender que somos una asociación sin ánimo de lucro. Todos somos voluntarios y lo único que queremos es ayudar a los inmigrantes. Muchas veces es más fácil para ellos explicar sus problemas a gente con la que se sienten identificados. Por ejemplo, con esta asociación inmigrantes que están de forma ilegal pueden encontrar un sitio donde contar sus problemas ya que no pueden acudir a las autoridades".
Para Mamadou, lo más importante para conseguir la integración y la convivencia entre inmigrantes y lanzaroteños es la cultura. "Si no conoces las costumbres de una persona no la puedes juzgar, y para ello es necesario el conocimiento de los diferentes pueblos y sus costumbres", apunta.
Además de perseguir la integración de los inmigrantes, esta nueva asociación pretende facilitar asesoramiento jurídico, social, financiero y laboral a los recién llegados. Entre otras cosas, han proyectado una bolsa de empleo "para ayudarles a buscar trabajo".
Dentro de la inmigración, Mamadou apuesta por dirigirse a los más jóvenes. "La juventud se concentra los fines de semana en las puertas de los centros comerciales, sin nada mejor que hacer", explica. "Cuando llegan jóvenes de otros países, muchos lo hacen con un nivel más bajo, y sin saber a lo que se enfrentan, por eso sería bueno hacer charlas sobre educación sexual, las inconveniencias del alcohol y las drogas o los peligros de la calle".
Los colegios son otro de los puntos a los que se quiere dirigir esta asociación. Las aulas de apoyo supondrían un elemento de apoyo importante para muchos de estos niños y jóvenes inmigrantes. Aulas donde enseñar el español, donde realizar tareas de apoyo de las diferentes asignaturas, o donde aprender algo más de la cultura española. "Nosotros nos ofrecemos como voluntarios, para ir algunas tardes a los propios colegios y ayudar a los niños que más lo necesitan".
En estos momentos, lo fundamental para esta asociación es un local donde reunirse y desarrollar todos los proyectos que tienen en mente. "Queremos un local para que la gente que quiera visitarnos sepa donde encontrarnos, con un aula para poder celebrar conferencias y charlas", reclama Mamadou. La fórmula que están desarrollando para darse a conocer es la celebración de encuentros donde explican en qué consiste la asociación y cuáles son sus metas. "También a través de comunicados que distribuimos en los lugares donde se concentra más población inmigrante, como los locutorios".
El próximo encuentro será este domingo, 12 de marzo, en un local de la calle Muyey, número 31, en Altavista. "Comenzará a las 16,30 y mostraremos cuales son los fines las actividades de la asociación, aunque también estamos abiertos a todo tipo de propuestas y aportaciones", concluye Mamadou.
