No hace demasiados días Alejandro Díaz se volvió a convertir en noticia tras aceptar el nombramiento como secretario de Turismo y Transportes de la Ejecutiva regional del Partido Popular (PP), aceptando la propuesta de José Manuel Soria, el líder de su partido con el que ni siquiera se hablaba tras la lamentable operación de Lanzarote que terminó con su dimisión, con el abandono de los grupos de gobierno del Cabildo, de Arrecife y de San Bartolomé y con la creación de una gestora con la que no está de acuerdo, según asegura, más del 90 por ciento de sus compañeros. El parlamentario regional aclara todas las cuestiones relacionadas con este nombramiento, explica que fue Soria el que pidió apaciguar los caldeados ánimos y se vuelve a posicionar en un lugar algo más que crítico tanto con la dirección regional como con la insular. Lo tiene muy claro, como estima que lo tiene claro casi todo el mundo: no hay otro camino para terminar con los problemas actuales que la convocatoria de un congreso insular, en el que, por cierto, no se sabe todavía si se presentaría o no como candidato. Para despejar cualquier duda y para no dar crédito a ningún tipo de rumor, garantiza además que no se va a marchar del PP, y que cuando lo haga en un futuro indeterminado nunca será para pasar a otra formación política, y mucho menos al Centro Canario Nacionalista (CCN).
- A muchos nos sorprendió recientemente saber que, después del crudo enfrentamiento que había mantenido con la dirección regional de su partido, después incluso de que José Manuel Soria le retirara el saludo, aceptara el nombramiento como secretario de Turismo y Transporte de la Ejecutiva regional. ¿Por qué se produjo ese nombramiento?
- A mí también me sorprendió que me nombraran secretario de Turismo y Transportes. El nombramiento se produjo simplemente respondiendo a una estrategia regional del partido, ya que está establecido que los portavoces de las distintas comisiones en el Parlamento de Canarias sean secretarios del partido. Me parece de lo más lógico, que personas que están todo el día en el Parlamento trabajando los temas específicos, en mi caso con turismo y transportes, puede ser algo que tenga incidencia positiva en los órganos del partido en el ámbito regional, y eso ha sido. Las personas que ocupaban cargo de portavocía en las distintas comisiones pasaron a ser secretarios de la organización.
- Sin embargo, ha sido un tema muy llamativo, porque insisto en que usted no se hablaba con Soria después de lo ocurrido en el Cabildo de Lanzarote, después de esa estrategia tan torpe. ¿No ha sido también un modo de acercar posturas, de intentar enfriar los ánimos?
- Sí, en cierto sentido también podría ser interpretado así. Por eso comparezco ante este medio, para aclarar algunas cuestiones. Durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre no he tenido ningún tipo de relación con la dirección regional del partido, hasta que me llamaron en octubre para mantener un encuentro en el que se trató de romper la tensión que mantenía con José Manuel Soria. Hay que tener en cuenta que los dos somos compañeros en el Parlamento regional, y no era conveniente que las cosas siguieran así. Tuvimos una conversación larga, profunda y de análisis de lo que ha venido ocurriendo en el partido en los últimos meses, y nada más. La cosa no salió de allí. Luego llegó lo del nombramiento, que coincidió en el tiempo, y se ha hecho uso de ello en el partido en Lanzarote a efectos de realizar manifestaciones afirmando sin un juicio certero que las relaciones eran cordiales, que se había arreglado la situación totalmente y que yo apoyaba lo que la gestora y el partido en Lanzarote está realizando. Es todo lo contrario, me sigo manteniendo en lo que ya manifesté en el mes de junio. Tenemos unos reglamentos que hay que respetarlos, y a eso nos debemos. Que hayamos roto el enfriamiento en un momento puntual no significa que yo vaya a someterme a los dictados que vengan de la gestora, sobre todo cuando la gestora tiene una misión clara como es la de preparar un congreso extraordinario que no está cumpliendo.
- Desde que Soria llegó al poder en el PP en el año 99 sabemos que no suele hacer nada de forma gratuita. Aunque muchas veces con notables calentones fruto de su carácter, lo cierto es que todo lo planifica. Por eso parece que el acercamiento debe formar parte de algún tipo de estrategia que a muchos se nos escapa.
- Imagino que algo de estrategia habrá, pero en estos momentos lo desconozco. Le he dado vueltas al asunto para un lado y para otro y desconozco qué es lo que se pretende. Por mi parte he sido lo más sincero y lo más honesto posible en el análisis de lo que el partido en Lanzarote debe ser a los efectos de afrontar el año preelectoral. Al entrar en el año 2006 ya habría que estar pensando en candidatos, en cabezas de lista, y el PP en Lanzarote está pensando en otras historias. No hay que olvidar que nos podríamos encontrar con unas elecciones anticipadas como consecuencia de la política nacional que vemos que se le está atragantando a José Luis Rodríguez Zapatero. Un partido como el PP no puede permitirse el lujo de estar perdido en disquisiciones, sobre todo porque lo que está ocurriendo aquí sólo tiene que ver con voluntades personales de determinadas personas, personas que quieren asumir un protagonismo que de otro modo no puede tener y que tienen secuestrado el partido. La gran mayoría de la gente del PP está unida, la gran mayoría tienen las ideas claras y están pidiendo que se dote a la formación de los órganos correspondientes. Me gustaría corregir una cosa, porque aquí se está diciendo que es la dirección regional la que convocará el congreso oportuno, cuando no es así. La Junta Directiva Regional convocará el congreso en Lanzarote, pero tiene que ser como consecuencia de la petición de la gestora, que es la encargada de realizar los trabajos para hacerlo. La dirección regional no va a convocar un congreso si la dirección insular no transmite que se han hecho los trámites necesarios para realizarlo. Otra cosa es que quieran hacerlo.
- Mucha gente no entiende que ahora tenga tantas ganas de pelear en el partido cuando usted se marchó voluntariamente de la presidencia, cuando dimitió. ¿Por qué no aguantó un poco más y trató de reconducir la situación desde dentro, evitando así que sucediera lo que sucede ahora mismo?
- Porque en aquel momento la única salida para reconducir la difícil situación en la que nos habíamos metido era mi dimisión. Una de las condiciones que se pusieron sobre la mesa por parte de CC y del PIL para reconducir la situación era que yo renunciara a mi cargo, y yo lo hice. Lo tenía claro y decidido. Dotaba así de margen de maniobra al presidente del Cabildo en aquel momento, a Francisco Cabrera, y de alguna manera abstraía al partido de cualquier presión que pudiera surgir en aquel momento. Así, acarreé con toda esa situación y liberé al partido para que tuviera más tranquilidad y más margen de maniobra. Lo cierto es que se aprovechó muy bien mi dimisión, se utilizó para llevar al partido a la situación en la que se encuentra ahora mismo. Una cosa es que falle una estrategia de partido en una institución y otra es que se quiera trasladar la crisis posterior al interior del partido. No había por qué, porque estamos hablando de cosas totalmente distintas. Personas totalmente interesadas, que ya vieron entonces la posibilidad de colocarse en la línea de salida y colocarse como cabezas de lista, se involucraron en el trabajo para que el partido no siga en el proceso de renovación que tenía.
- Ahora, a toro pasado, ¿se arrepiente de haber tomado esa decisión?
- No me arrepiento de los actos que hago, sobre todo porque siempre he aprendido de ellos y he conocido realmente a las personas que tenía alrededor, personas que tenían una cara y que luego tuvieron otra totalmente distinta. No me arrepiento por tanto. La política al final debe servir para que los colectivos saquen adelante sus proyectos y sus ideas comunes, no las ideas de dos o tres personas en particular como parece que está sucediendo en estos instantes. Yo concibo la política como un conjunto; en los años en los que estuve presidiendo el PP vi la formación como un todo. Si hubiese querido ser protagonista, imagínese las posibilidades que podría haber tenido; podría haber hecho como mi querido compañero Domingo González Arroyo, haberme colocado primero de todas las listas, pero para dar ejemplo y para que tuvieran cabida más personas no lo hice. Cuando un colectivo no funciona como no funciona ahora, o quedas muy atrás en la liga o desciendes de división.
- Aunque imagino que no me va a dar nombres, por lo que dice se intuye que hay muchas personas que le han defraudado. ¿Han sido más los que le han defraudado en la dirección regional o en la insular?
- Me han defraudado más personas de la dirección insular del PP que de la dirección regional. En la regional se tomaron las decisiones que todos conocemos, decisiones eso sí que no entendía y que no sabía a qué venían. Después de mi dimisión, incluso teniendo en cuenta que le tuve que salvar la cara al presidente regional...
- Sí, lo hizo, en algo que aquí se le reprochó con razón, porque dijo cosas que estaba claro que no sentía simplemente por no explicar públicamente que todo formaba parte de una rabieta del presidente regional, algo que tal vez no tendría que haber hecho, ¿no?
- Exactamente; la dirección regional del partido pidió cuentas y yo asumí la responsabilidad, cuando es verdad que no debería haber asumido todo porque no fue una decisión mía. Hay personas que han ido a los medios a asegurar que lo que ocurrió en el Cabildo fue culpa mía, que fue fruto de que una noche me acosté con dolor de estómago y por la mañana me levanté con dolor de cabeza. Todo formó parte de una estrategia que fracasó y que en ningún caso fue en su totalidad culpa mía. Se tomaron decisiones en los órganos regional e insular. Es curioso, porque ahora estamos viendo que se ha premiado a personas que tomaron conmigo la decisión de provocar nuestra salida de las principales instituciones de la Isla, personas que levantaron la mano y que no pusieron ningún pero cuando se plantearon los pasos a seguir y que ahora están en la gestora. Luego hay personas que se sabe que no sabían nada de esta estrategia, y otras que dijeron que no sabían nada cuando fueron los primeros informados sobre la estrategia a seguir. No se dice toda la verdad, e interesadamente se está deformando todo para sacar adelante las pretensiones personales que muchos tienen.
- En estos instantes hay un movimiento subterráneo en el PP de Lanzarote muy claro, que dice algunas cosas y que calla otras. ¿Cree que al final se terminará imponiendo esa corriente crítica a la gestora?
- La conclusión que saco de todo lo que ocurre es que mientras que la corriente crítica lata con fuerza, difícilmente se va a convocar un congreso, lo que da muestra de que algunos sólo pretenden que se convoque un congreso que previamente puedan tener bien amarrado. Un congreso se tiene que convocar sin miedo. Yo fui al congreso de diciembre de 2004 sin saber si se presentaba otra lista. Hubo un número de votos contrarios de una corriente que curiosamente es la que ahora ha sido premiada. Si hay personas que entienden que hay que presentar otra candidatura, se presenta, porque en un partido tiene que primar la democracia interna y el diálogo. Si no hay democracia interna y diálogo, mal ejemplo estamos dando al exterior.
- ¿Piensa que son mayoría los que piensan por la sustitución inmediata de la gestora?
- Estoy convencido de que hay más de un noventa por ciento de personas del partido que están pidiendo que se convoque un congreso. Otra cosa es que de ese noventa por ciento todos estén en torno al mismo núcleo. Por lo que veo y escucho creo que hay más de un núcleo. Lo más lógico es que se celebre un congreso, sobre todo si quieres acabar con una etapa anterior. Para eso se tiene que trabajar con los mimbres necesarios, para poder afrontar las elecciones que tenemos a la vista, no entiendo por qué se intenta dilatar la agonía.
- En estas últimas semanas se ha dicho prácticamente de todo, pero siempre me llama la atención que usted mantenga que la gestora tiene secuestrado al partido. ¿Por qué piensa así?
- Lo he dicho y lo mantengo. La gestora no es Loly (María Dolores Luzardo), porque Loly es una persona a la que hay que ayudar, porque le han dado un marrón que hay que lidiar. Si la gestora realmente quisiera al partido, quisiera que el colectivo saliera adelante, que todos los comités locales funcionen, lo tienen muy fácil: tienen que transmitir a la regional su decisión de que se convoque un congreso o presentar las correspondientes dimisiones. Con eso se terminaría con una situación que es insostenible.
- Ya que ha nombrado a la presidenta de la gestora, ¿considera que está siendo mal asesorada en estos momentos, considera que hay personas que desde atrás hacen más daño que los que están delante?
- Hay dos o tres personas en el PP que están cerca de Loly Luzardo que le hacen mucho daño. Son personas muy conocidas, que siempre están en un segundo plano como si estuvieran en un primero y que intentan manejar la situación. Son personas que además trasladan que manejan la situación. Eso es lo que más daño le puede hacer a un partido. Mi consejo es que después de la experiencia que he tenido en todo este tiempo, se ayude a Loly, pero si ella antes se deshace de alguna de estas personas, porque al final también saldrá mal, precisamente porque no le aconsejan como ella cree que hacen; se dedican a poner todo tipo de obstáculos con el único objetivo de que no pueda llevar el partido al congreso y que pueda hacer algo que ella pretende.
- Cuando usted presidió el partido intentó renovarlo metiendo a mucha gente joven, gente que ahora está bastante desencantada y que amenaza con abandonar el barco.
- Es lógico que sea así; el que entrara gente joven no ha sido por casualidad, por abrir la puerta a todo el mundo, ha sido gracias a un trabajo de campo que se ha ido haciendo por la gente que estaba en el partido y que ha costado mucho. Muchos de ellos han ocupado cargos públicos y se han sorprendido de cómo se trabajaba, del diálogo y el debate interno que teníamos. Este tipo de cambios no les gusta a todos aquellos que conocieron una etapa y ahora conocen la contraria. La gente joven no está por la labor de retroceder en el tiempo, de perder derechos. Para acabar con este tipo de situación hay que propiciar que haya una nueva etapa, que sólo se puede producir con la celebración de un congreso.
- ¿Qué ha habido de real en todos los rumores que han circulado por la calle, qué hay de cierto en el tema de las dimisiones, las presiones...?
- De muchas cosas me entero por la prensa, aunque es verdad que hay un malestar en las bases del partido, sobre todo en los comités locales. La gestora se reunió con cada uno de ellos, y los comités transmitieron claramente que para salir de la situación actual hay que convocar un congreso. La situación del PP de Lanzarote es de fortaleza, porque ya nadie se va a otro partido. Hay problemas, pero la gente se mantiene aquí.
- Lo que ocurre es que a su presidente regional nunca le ha gustado demasiado eso del debate interno, y mucho menos el externo.
- Por suerte en el PP ya no ocurren las cosas que ocurrían antes, cuando todo estaba muy centralizado en torno a la regional. La gente no quiere que eso vuelva a ocurrir, quiere tener su autonomía en Lanzarote. Esa es la lucha que hemos llevado en estos años, lo hemos conseguido y nadie quiere una vuelta atrás. No podemos permitir que la dirección regional diga cuándo se va a celebrar el congreso.
- Jugando a ser adivinos, ¿qué cree que va a ocurrir en las próximas semanas, va a triunfar la corriente crítica o la gestora se va a salir con la suya y va a congelar la celebración del congreso?
- Cada día que pasa es más complicado. Sinceramente creo que al final la gestora se va a salir con la suya.
- Muchas personas especulan con su futuro. He llegado a oír incluso que podría seguir los pasos de Rafael de León para entrar a formar parte del CCN. ¿Algo así podría ocurrir?
- No sé qué es el CCN, aunque si han presentado a Rafael de León como uno de sus miembros han cerrado cualquier posibilidad de que yo entre con ellos. Aquí tenemos que ser todos un poco más serios y rigurosos. Uno pertenece a una formación política y es de ella, y cuando las cosas no van bien hay que seguir, aunque sea a distancia. Lo que es inconcebible es que una persona que ha sido presidente de un partido, de la noche a la mañana cambie el chip y cambie las ideas que defendía por otras totalmente distintas. Conmigo eso no va, porque mis ideas de siempre son del PP.