La denominada sala de rechazados que está en el recinto del Aeropuerto de Lanzarote y que hasta finales del año pasado funcionaba como centro de internamiento de inmigrantes, no fue devuelta aún a Aena ante la "posibilidad de que nos veamos en la obligación de volver a utilizarla, temporalmente", según sostuvo hoy el director de la Administración del Estado en Lanzarote, Marcial Martín, quien afirmo que incluso, llegado el caso, "se podrían habilitar inmuebles del Estado en desuso" para el internamiento transitorio de inmigrantes, en caso de que Lanzarote también sufriese la llegada masiva de extranjeros indocumentados en pateras.
"No hemos devuelto la sala del aeropuerto a Aena ante la posibilidad de que tengamos que volver a utilizarla para el internamiento de inmigrantes, pero siempre de manera provisional, circunstancial y con el debido mandamiento judicial", precisó Martín. El director insular destacó que el cambio de las rutas de la inmigración ilegal ha dejado de momento de lado a Lanzarote, ya que ahora la gran llegada de pateras o cayucos se está registrando en Gran Canaria y Tenerife. Sin embargo, "es probable que las rutas vuelvan a cambiar y Lanzarote sea nuevamente destino preferente de pateras, y por eso hemos tomado la precaución de no devolverle la sala a Aena", sostuvo el director insular.
La isla está así en cierta manera "preparada" ante la posibilidad de que la avalancha de pateras que se está registrando en las islas de Tenerife y Gran Canaria se traslade a Lanzarote, y por eso, además de la mencionada instalación en Guacimeta, está todo preparado para habilitar por ejemplo instalaciones militares en desuso, como el viejo cuartel de Arrecife, en caso de extrema necesidad.
La sala de rechazados del aeropuerto no es utilizada para el internamiento de extranjeros indocumentados desde finales del año pasado. Los inmigrantes que llegan a Lanzarote son alojados ahora en los calabozos de la Comisaría, de la Guardia Civil e inclusive a veces en el cuartelillo de la Policía Local de Arrecife, durante las horas que transcurren hasta que el juez decreta su internamiento, momento en el cual son trasladados a Fuerteventura.
