Una decena de nuevas historias se sumaron la pasada semana al VI Certamen de Microrrelatos de Radio Lanzarote-Onda Cero. Estos breves cuentos llegan desde el pasado 1 de julio en un goteo incesante a la redacción de la cadena y los interesados podrán seguir enviándolos hasta el próximo 31 de agosto.
En esta edición, los escritos deben versar acerca del amor o el desamor y, al igual que en las entregas anteriores del certamen, la radio deberá aparecer en la historia. Cada participante podrá remitir un máximo de 5 obras, que tendrán un máximo de 100 palabras incluyendo el título, en caso de que lo lleve. Los microrrelatos, que podrán firmarse con pseudónimo siempre y cuando se adjunten el verdadero nombre y teléfono de contacto del autor, habrán de enviarse al correo electrónico concursorelatos@lanzarotemedia.net .
En cuanto a los premios, el ganador se llevará un fin de semana en el hotel Natura Palace de Playa Blanca para dos personas, mientras que el segundo clasificado recibirá un Mezze para dos personas en el restaurante Sebastyan, de la misma localidad turística. Por último, el tercer clasificado se llevará dos entradas para el cine 6D del Centro Comercial Biosfera de Puerto del Carmen.
Estas son las obras recibidas entre el 12 y el 18 de agosto:
Su voz
Apretaba el acelerador del coche instintivamente, tenía prisa por llegar. Aparcó y subió los escalones que separaban la calle de la puerta de entrada de dos en dos.
Nada mas abrir la puerta escuchó su voz, esa voz melodiosa, cálida e inconfundible que le tenía trastornado. Sí, estaba enamorado de ella por su voz. Desde la primera vez que la había escuchado se prendó y poco a poco su enamoramiento se convirtió en verdadera pasión.
Le dio más volumen a la radio para deleitarse con su voz. Se había enamorado de la locutora de la emisora local.
La desilusión de amar
Ochenta años tenía el hombre cuando se enamoró por primera vez.
El poseedor de su corazón era el locutor de su programa favorito de la radio. Con una voz rasgada y profunda que había quedado forjada en el alma del anciano, dándole ilusión y esperanza a una vida que creía acabada. ¡Era capaz de amar!
Un día, decidiéndose, se perfumó, se puso su mejor pajarita y compró un ramo de flores para llevar hasta la emisora donde le esperaría el motivo de sus desvelos.
Entró, sólo una máquina con la voz rasgada y profunda lo recibió.
Lágrimas en el dial
Como cada día, María esperaba su canción en la radio. Desde hace dos años la escuchaba, con una dedicatoria de su esposo.
Ella recordaba mientras sonaba, los bellos momentos vividos junto a él. Pero ese día no sonó,y ella se sentó en el sillón ....triste.
A la noche, su nieto pasó a verla, como cada día, y la encontró muerta, con marcas de lágrimas en las mejillas y le susurró: abuela, cuando llegues al cielo dí a tu esposo que lo siento, hoy no pude pedir vuestra canción. Mañana la dedicaré a los dos.
Angelus
Como cada domingo,rezaban juntos el Angelus en la vieja Telefunken antes de preparar la comida para sus hijos y nietos. Se conocieron en el refugio, durante el bombardeo, hace ya 84 años en su ciudad. Ella perdió la cartilla de racionamiento y juntos la encontraron tres días mas tarde debajo del cadáver de un soldado. Nunca más se separaron.
¿Maria a ti gusta el pollo al ajíllo?, pregunto él con la cara de sorpresa de toda la familia. El lunes lo llevaron al medico.
En el funeral Maria pensaba, que pena, ahora que había aprendido a planchar.
Desamor
Oír su voz cada mañana en la radio..Esa voz suave como el aleteo de una mariposa, penetraba en mi interior con su calidez, haciéndome sentir plena. Nunca sabrá este amor que siento sin haberlo visto jamás..no sabrá que es el salvador de mi alma. El que ilumina mis días en este frío hospital. El que hace mi dolor más tenue.
Jamás pensé que se pudiese sentir un amor así, sin saber de su lado físico.
En su programa de poesía, cada frase pronunciada, imagino mía y las lágrimas surcan mis mejillas.. lágrimas de un amor imposible..
Todas las canciones hablarán de nosotros
Le pidió que se quedara con las llaves del coche y con el coche. Que se quedara con el piso. Con el perro, incluso. Que fuera ella la que disfrutara del jardín y de sus pensamientos. Regándolos y mimándolos.
Él había decidido obedecerla e irse de casa. Cuando salió por la puerta con una maleta en la que portaba camisas limpias y pensamientos tristes solo supo decirle: "Me voy pero no me quites la radio. Déjame que me lleve la Kiss porque, al final, todas las canciones hablarán de nosotros".
Nuestros Abuelos
Manuel movía con sus curtidas manos la ruedita de su viejo transistor. Nolia, preparaba el café de las 10 desde hace 62 años. Dos cafés y una cucharadita para revolver la calma del momento. Nolia se apoya en la puerta de tea, espera con paciencia la sintonía perfecta para tomar ese café. sus preciosos ojos azules cansados, se llenan de vida contemplándole. Manuel alza la mirada, deja un hueco en su centenario banco de madera. Sentados, las manos se entrecruzan. Juntos, al sonido del viejo transistor toman a sorbitos el cariño y el amor de toda una vida.
Dos veces breve
Ella quería una novela, yo le di una microficción.
¿Quién puede ser?
Virginia acarició su pelo sin dulzura, sin deseo,...por costumbre.
Miró sus ojos.
-¿Tarde, no?
-¿Te acuerdas de Emilio?
-¿Tu amigo del Instituto? - Frunció ella el ceño.
-Sí. Lo encontré en la calle. Fuimos a un bar y tomamos unas cervezas.
-Ahhh...- Lacónica e inquisitiva.
-Me contó estar perdidamente enamorado de una mujer "maravillosa". -Señaló con
evidente envidia.- Me dejó intrigado, ¿sabes? Dijo que era casada, que yo la conocía
y veía a menudo.
-¿No sabes quien puede ser? -Inquirió Virginia encendiendo la radio.
-No...
Mueca descarada en los labios de ella.
El no la vio....
El último adiós
En realidad esto del amor no tiene ninguna lógica, al final, como dicen las canciones de la radio, siempre hay sufrimientos, penas y dolor- musitó ensimismado en sus propios pensamientos, mientras veía como en aquel atardecer un tren se marchaba llevando consigo la mujer de su vida, su otra mitad, el ser que le complementaba y que nunca más volvería a ver; suspiró profundo y dijo: ¡Se ha roto el amor, los sentimientos y mi vida, porque lo que hoy nos separa es algo irreversible, letal y desconocido…La muerte!.