Finalizada la segunda edición del Lava Live Fest, que este año amplió su duración y programación, es momento de hacer balance. La organización destaca el éxito general del evento y señala áreas de mejora con vistas a futuras ediciones.
El CEO del grupo TSC, entidad promotora del festival, Eduardo Ferrer, ha confirmado que ya se trabaja en la edición de 2026, que volverá a celebrarse durante el segundo fin de semana de junio y el último de julio. “Estamos muy satisfechos con el desarrollo del Lava Live 2025: la respuesta del público ha sido excelente, el impacto económico muy positivo y las jornadas transcurrieron sin incidentes”, afirmó Ferrer.
Según las primeras estimaciones, el festival congregó a 34.000 personas en el recinto de Agramar (Puerto Naos, Arrecife), generando un retorno económico de aproximadamente 17 millones de euros para la isla. Esta cifra incluye tanto la actividad directa del evento como el empleo y la dinamización de sectores como el transporte, la hostelería y el comercio local
Por su parte, la productora responsable de la organización, Preventos Media, ha destacado el éxito de las entradas gratuitas para mayores de 65 años, que se agotaron en todas las sesiones, y la posibilidad de acceso a menores de 18 años con permiso familiar y acompañamiento adulto. Ferrer considera que la asistencia intergeneracional promueve un ambiente sano y equilibrado.
Las miles de personas que se dieron cita en la instalación de Puerto Naos, acondicionada expresamente para el festival, vivieron la experiencia de un evento de magnitud como los que hasta la fecha solo se celebraban en las islas capitales de provincia o en ciudades de la península.
Entusiasmo gana a calor
El único inconveniente pudo ser el calor de las primeras horas que, sin embargo, no derrotó el entusiasmo general por escuchar, sin salir de la isla, a algunas de las grandes bandas del panorama nacional e internacional. Tampoco la excelente respuesta pública al cartel de ambos fines de semana, con Residente, Maná, Steve Aoki y Estopa como cabeza de cartel, generó colapsos en el acceso, que se cerró al tráfico, se habilitó en varias entradas y se gestionó de manera ágil y eficiente.
Ni el Punto Violeta ni el Punto Naranja registraron incidencias ni más visitas que las meramente informativas, lo que pone de manifiesto la importancia de estos servicios como fórmula de sensibilización y concienciación en materia de igualdad. Sí se solicitaron varios chalecos sensoriales por parte de personas con discapacidad auditiva y se utilizó la plataforma PMR.
Además, la organización ha puesto en valor el civismo de la asistencia, la limpieza del recinto al término de las sesiones y la buena respuesta en relación con los vasos, ya que muchas personas los retornaron y otras los conservaron para el año que viene.
Otro aspecto que se ha cuidado de manera estricta y que se reeditará para 2026 es el cierre puntual antes de medianoche, con el fin de asegurar el descanso de las personas residentes en la zona.
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