Los hermanos Muñoz, "sus majestades" Estopa, ofrecieron en Lanzarote la lección magistral de cómo se cierra una gira. El concierto, perfectamente diseñado para el disfrute de las muchas generaciones que siguen la trayectoria del dúo de Cornellà desde hace un cuarto de siglo, ofreció una exquisita ración de éxitos, momentos de intimidad, humor, y la buena onda de quien sabe que se acercan las vacaciones.
En un potentísimo directo, que se prolongó durante más de hora y media y que supo a poco, las más de 10.000 personas asistentes a la última jornada de Lava Live Fest corearon y bailaron al ritmo de himnos como La raja de tu falda, Vino Tinto, Me falta el aliento o El del medio de Los Chichos, junto a temas de Estopía, el último álbum de los catalanes.
Mención aparte merece la presencia junto a los Muñoz de la cantaora flamenca Chonchi Heredia, cuya prodigiosa voz acaparó el protagonismo en varios momentos de un espectáculo inolvidable. Y, para consuelo de seguidores y fans, ya en los últimos minutos de concierto, David y José anunciaron que, aunque desconozcan qué les deparará el futuro a partir de ahora, “volveremos a Lanzarote, el mejor lugar del mundo para acabar una gira y llenarse de energía para la próxima”.
Teloneros de nivel
Desde las cinco de la tarde, el recinto ferial de Agramar recibió al público deseoso de disfrutar de las propuestas del Kapo y St. Pedro, dos artistas emergentes que prometen seguir dando que hablar en el panorama musical nacional e internacional. El tinerfeño abrió el fuego derrochando simpatía con su reconocible miscelánea de verbena y fiesta popular, interpretó canciones propias, como La misión o El idiota, y versiones icónicas como Devórame otra vez.
A continuación, el colombiano Kapo se dejó la piel en el escenario, donde estuvo acompañado por un “superyo” neumático gigante, que reforzó su mensaje de autoestima, resiliencia y esfuerzo, valores que le han llevado a conquistar el éxito después de 15 años de trabajo. Sus fieles aplaudieron la Interpretación Ohnana, UWAIE o Qué pecao y el ambiente alcanzó la temperatura perfecta para la eclosión final con los Estopa.
