"Miércoles 28 de diciembre de 2011. Entramos yo y un amigo en la oficina de Correos de Arrecife, más o menos a las dos de la tarde, para enviar una carta y cogemos número. Ya hay 26 personas esperando y sólo hay dos personas atendiendo al público.
Pasan cinco minutos. No hay movimiento. Pasan 10 minutos. Llaman a un número B (recoger). Contamos a las personas esperando. Ya hay 30. Pasan unos diez minutos más. Llaman a un número A (enviar). Una de las personas que está atendiendo al público se levanta y se va. No vuelve hasta cinco minutos más tarde. Ya hay 35 personas esperando.
Llaman a otro número B (recoger). De repente, las dos personas que están atendiendo al público se levantan y se van. Ya no hay nadie atendiendo al público. Entran cuatro personas más. Una empleada vuelve y llama a otro número B (recoger). Aparece otra empleada, se sienta y no hace nada, sino mirar el ordenador, mientras delante de ella hay 40 personas esperando. Llaman a otro número A (enviar).Ya no hay nadie esperando en la cola de B (recoger), pero hay tres empleadas en la ventanilla de B hablando y riéndose entre ellas. Entran tres personas más. ¡Ya hemos pasado una hora entera esperando!
Para no aburrirles con más datos les digo que, tras una hora y diez minutos, salimos de Correos después de haber enviado mi carta. Y los funcionarios se quejan cuando el gobierno les congela sus sueldos. ¡Me pregunto por qué!"
