Un hombre ha enviado su protesta a La Voz, en la que se queja de que la Policía Local de San Bartolomé "se olvide de vigilar a los delincuentes" y, por el contrario, se dedique a "recaudar" dinero a través de las multas que interpone a los "peligrosísimos ciudadanos" que pasean a sus perros por la playa de Guacimeta.
Según José Antonio Cáceres, los responsables de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de San Bartolomé "han encontrado una magnífica manera de sanear sus arcas en esta época de crisis". Cáceres afirma que la "argucia" del Ayuntamiento ha consistido en colocar, el pasado 18 de abril, a una pareja de efectivos de la Policía Local a la entrada de la playa de Guacimeta, junto a la carpa donde se celebran varias ferias.
Ahí, según su testimonio, tomaron datos a todos los vecinos que tienen por costumbre ir a pasear con sus perros. "Todo ello, para imponerles una multa de entre 150,26 euros y 1502 euros, previa incoación de un expediente sancionador por parte de la Concejalía", indica.
"La sanción dice estar conforme con la tipificación establecida en la Ordenanza Municipal número 29, Reguladora de Tenencia y Protección de Animales del Ayuntamiento de San Bartolomé (B.O.P. nº24, viernes 25 de febrero de 2000, en su artículo 41.2 que señala como infracción grave la circulación o permanencia de animales en playas, piscinas artificiales y naturales de uso público)" explica.
Este vecino, que también pasea a su perro por Playa Honda, afirma que son muchos los ciudadanos "pacíficos" de esta localidad que tienen "el sano hábito" de pasear a sus perros por la playa. "Y digo sano porque es un ejercicio muy recomendable para la salud de las personas y de los animales. No existe en el mundo ningún otro agente con el poder desinfectante y salubre que tiene la marea del Atlántico, que limpia la arena de la playa dos veces al día", defiende Cáceres.
Este hombre afirma que es "muchísimo más insano y perjudicial para la salud, por ejemplo, permitir a los perros hacer sus necesidades en la avenida, delante de las casas y restaurantes de la zona". "No hay prohibición alguna para pasear a los canes por allí", denuncia.
Este hombre critica, además, que la Policía Local sólo pidió los datos a los paseantes que hablaban castellano y no a los "muchos extranjeros que ese día paseaban a sus animales, incluso sin correa, por la playa". "No les tomaron datos porque loslocales no fueron capaces de comunicarse con ellos ni en inglés ni en alemán", asegura Cáceres.
"Resulta indignante que, estando como estamos en esta isla, las autoridades prefieran multar a los ciudadanos que no generan ningún problema antes que perseguir a los muchos maleantes que campan a sus anchas por este paraíso de la delincuencia en el que se está convirtiendo Lanzarote. Claro, que de algún lado tendrán que sacar el dinero para pagar las fianzas que les están cayendo a los ediles de nuestros municipios gracias a los casos "Unión" y "Jable". Sólo espero que en las próximas elecciones no esperen recibir ni un sólo voto de los ciudadanos con dos dedos de frente", subraya este hombre.