"Nuevamente, por segundo año, me montan el escenario de Carnaval en la puerta de mi local". Ésta es la queja de un pequeño empresario de La Graciosa, que critica que "la solución a una Avenida de 200 metros y en una isla que dispone de teleclub es desarrollar los actos de Carnaval a seis metros" de la puerta de su negocio.
"Sin ser graciosero, aposté por darle trabajo a las familias de aquí, poniendo todos mis sueños en vivir en este paraíso, pero solo me he encontrado con pegas", ha criticado. "Si fuera un ciudadano empadronado en este municipio y no en el de Tías, ¿permitirían mis vecinos que no me permitieran trabajar ni a mí ni a los isleños que tengo trabajando en plantilla?", se ha preguntado.
"En tiempos de crisis, nuestro gobierno nos pide que arrimemos el hombro con la subida de los impuestos. ¿Por qué nuestros políticos me ahogan para no dejarme trabajar los días de Carnaval? Me siento abandonado por estos que un día tocaron a mi puerta a pedirme ese voto que ahora les permite cobrar ese gran sueldo cada mes", ha criticado.
Este empresario se llega a preguntar si el "error" es "sentar a esos señores para que solucionen los problemas", en referencia a los políticos, o "que en la isla si no eres graciosero está destinado a aburrirte". "En tiempos de crisis quiero trabajar", ha insistido.
Además, ha lanzado varias preguntas a los "señores políticos del Ayuntamiento de Teguise": "¿Por qué unas fiestas para el pueblo se convierten en un problema para mi pequeña empresa? ¿Es justo que mis trabajadores estén con la incertidumbre de qué decisión va a tomar esta empresa?".
Este hombre asegura que se siente "agotado por luchar y por mantener" las puertas de su negocio abiertas. "Necesito sentirme escuchado porque no paro de pensar que si yo fuera graciosero esto no lo harían. Ciudadanos somos todos y yo me siento abandonado x aquellos en los que un día creí. Hoy solo siento rabia y vergüenza y me pregunto quién me va a escuchar", ha indicado.