"La calle de los olvidados". Bajo este título, una empresaria que acaba de abrir una pequeña cafetería en la calle Río de Oro, en Arrecife, muestra su indignación y la de "los empresarios que tienen un negocio por esta zona" ante la "suciedad constante".
"Me gusta esta zona, porque hay guarderías, escuela de música, tiendas, peluquería…, pero la suciedad es cada día más constante", afirma esta mujer, que asegura que "al principio, pasaba el camión de limpieza de calles, pero desde hace un mes por aquí ni se roza". Y, "menos, por la calle transversal", según su queja.
"Miguel de Unamuno, una calle peatonal donde reina la basura de botellones y el particular urinario y cagadero de algún sinvergüenza. Asqueroso, realmente asqueroso", señala indignada. En este sentido, asegura que se ve obligada a hacer "el trabajo de personas a las cuales paga impuestos" y a las que también paga "sueldos", en referencia a los políticos.
"No tengo ni tiempo, ni tengo por qué barrer toda la zona porque a las 10.00 horas la gente pasa, incluidos los turistas de los cruceros por mi negocio y no tienen por qué ver colillas, papeles o restos de comida", lamenta. "¿El barrendero se pasea con el carro o se para 20 minutos a sintonizar la emisora de la radio?", se pregunta.
"Tengo que limpiar yo con el agua que yo pago, con la lejía que yo pago, para desinfectar estas calles que un día de estos me comen las cucarachas. El camión que tiene que limpiar las calles y que pagamos nosotros no pasa por aquí", insiste. "Seré joven, pero de tonta no tendré ni un pelo, y estoy empezando un negocio, un negocio que para una persona casi sin recursos, ni ayudas ha sido muy difícil y siento que se están riendo en mi cara y no voy a parar. Sinvergüenzas todos y cada uno de los responsables de que esto esté así", critica.