"Soy una mujer en el paro que está haciendo un curso para desempleados en Microsistemas. Lo que cobro en el paro sólo me alcanza para pagar la hipoteca y poco más. Muchas veces no tengo ni para un café.
Todos los santos días están esos personajes pidiendo dinero y si no les das, te agreden verbalmente. Los parados cobramos el día 10 y no le pude dar dinero, porque no lo tenía. Pues, sin más, han desaparecido todas las pegatinas de fábrica de mi coche.
¿No les parece a ustedes que es mucha desgracia no tener empleo, no tener muchas veces ni para comer, el banco te llama porque estás atrasado, tu hijo pide cosas que no le puedes dar y por si fuera poco, tienes un drogadicto en la puerta de tu centro de estudio, al cual vas con toda la ilusión del mundo, exigiéndote un dinero por un servicio que ni siquiera has solicitado, que no deseas y que no puedes pagar?
Estas personas se aprovechan de que la mayoría somos mujeres para acojonarnos. Todos se quejan, pero nadie dice nada. Porque los pobrecitos están enfermos y, además, están tan locos que cualquierase mete con ellos.
Pero es que minivel de desesperación es tal que ya no puedo callar más. Los parados que estudiamos en Microsistemas ya tenemos suficiente con nuestros problemas personales como para que nos carguen los problemas sociales.
Yo sólo pido que estas personas nos dejen en paz".
