"Pido perdón por mi egoísmo al querer realizar un trabajo solo, mientras otros organismos necesitan cinco personas para desempeñar la misma labor.
Pido perdón por cobrar sólo el 60 por ciento de mi salario cuando estoy enfermo y no poder colaborar más espléndidamente a cubrir bajas de "clase A" sin descuentos.
Pido perdón a los sindicatos por no acudir a sus "no convocatorias reivindicativas" ya que el contrato en precario con jornada reducida de unas 60 horas semanales no retribuidas me lo impide.
Pido perdón por "no ser persona", al no disfrutar de días por asuntos propios o personales.
Pido perdón por tener la boca como las teclas de un piano y no poder esbozar mi amplia sonrisa a los dirigentes que subvencionan otras bocas.
Pido perdón por estar parado y por vivir de un subsidio que pagan otros con sueldos congelados de más de 1.600 euros, a los cuales nunca les podré devolver su enorme esfuerzo porque "nunca" tendrán la necesidad de un ciudadano español de "clase B".
Tanto usando los codos como las rodillas (en ambos casos de una manera loable aunque una más digna que la otra), el obtener una plaza de "funcionario" no debe convertirse en sinónimo de "a vivir la vida".
No se puede tener un nivel de exigencia tan bajo y unos costes tan altos sólo por mantener unos votos que ya alcanzan más de 3.000.000 millones de súbditos. No se debe ignorar ni pasar por alto, en una época donde se hacen leyes para "la igualdad de las mujeres", "derechos y socialización de las personas homosexuales", "integración de los emigrantes".........todas ellas necesarias, pero la España de "clase A" y de "clase B", sigue siendo una asignatura pendiente".