Su nombre es Yeray Betancor y desde que han comenzado las obras del carril bici en la Avenida de El Reducto y en la calle Valls de la Torre, su día a día se ha convertido en una "gymkana". "Voy en silla de ruedas y por si fueran pocos todos los obstáculos que existen, ahora me encuentro con que en la zona en la que vivo han comenzado las obras de un tramo del carril bici", ha explicado este joven.
Para ello, de momento, se ha levantado el asfalto, algo que este lector entiende pues "mejorará la zona". Pero lo que no comprende es que no se haya pensado en los accesos provisionales a dichas calles para las personas con movilidad reducida. "Hay dos que los han cubierto con arena para que la gente pase por encima, cosa que yo no puedo hacer, porque se me entierra la silla de ruedas", ha lamentado.
Además, tal y como se observa en la fotografía, en otros lugares ni siquiera se ha construido un pequeño acceso, con lo que la acera se convierte en un obstáculo para las personas que utilizan silla de ruedas. "Tengo que estar esperando a que alguien pase para que me ayude a subir o a bajar", ha denunciado este joven.
Yeray Betancor ha hablado con el encargado de la obra del carril bici que, según ha explicado, le ha dicho que no se preocupe, que lo arreglarán. Sin embargo, este joven sigue saliendo todos los días de casa y observa que "todo sigue igual". "Es una gymkana diaria. A dar rodeos y rodeos", ha indicado.
