Urgencias del Hospital General

Estimado Director: Somos cuatro hermanos, hijos de Celestino Socas Acosta, un humilde trabajador, honesto, ejemplar padre de familia, que durante su vida lo único que hizo fue trabajar para sacarnos adelante y suplir, incluso, a ...

13 de octubre de 2005 (15:32 CET)

Estimado Director:

Somos cuatro hermanos, hijos de Celestino Socas Acosta, un humilde trabajador, honesto, ejemplar padre de familia, que durante su vida lo único que hizo fue trabajar para sacarnos adelante y suplir, incluso, a nuestra madre, la cual padece una grave enfermedad desde hace años. Y como honrado trabajador, cotizando religiosamente a la Seguridad Social, no es justo que por una vez en la vida que necesita acudir a un Hospital le dejen morir.

Le explicamos: El pasado jueves, día 29 de septiembre, nuestro padre se sintió indispuesto, quedándole de forma momentánea sus articulaciones paralizadas. Le trasladamos al Consultorio de Haría, donde un médico sustituto le diagnostica que es una contractura muscular. Transcurrió todo el fin de semana sin que se observara ninguna mejoría. Ante esto, el lunes día 3 de octubre le trasladamos a su médico de cabecera en Haría, el cual al observarle determina que se le lleve a Urgencias, previo paso por el Centro de Salud de Mala. Derivado a Urgencias del Hospital General, donde en ningún momento se habla con los familiares, ni antes ni después de la consulta, le diagnostican que son gases, enviándole nuevamente a su casa con un informe y unas pastillas para los mismos, "AERORED-200" y "PANCREOFAT".

El martes día 4, ante el agravamiento de nuestro padre a primera hora, le trasladamos al Hospital General, donde ingresó directamente en la UCI, entrando en coma hasta su fallecimiento, en la madrugada del sábado día 8 de octubre, sin que en ningún momento se nos haya explicado los motivos del porqué en Urgencias no se diagnosticó adecuadamente, ni las causas finales que motivaron su fallecimiento.

Con esta carta lo único que pretendemos es alzar nuestra voz y la de todos aquellos que nadie habla por ellos ante los reiterados errores que se cometen en el Servicio de Urgencias del Hospital General, muchos de ellos con resultado de muerte, como ha sido el caso de nuestro padre, y que quiebra la confianza que los ciudadanos debemos tener en nuestro Sistema Sanitario. Convencidos de cumplir con nuestra obligación como hijos y como ciudadanos, vamos a solicitar de las autoridades judiciales el esclarecimiento de este caso para que, a ser posible, nunca más vuelva a ocurrir.

Sin otro particular y reiterándole nuestro profundo agradecimiento, le saluda atentamente.

Ana, Alicia, Juan Luis y Celestino Socas Callero

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