Tumbando la puerta de entrada

Una vez más el aeropuerto de Guacimeta se ha convertido en un foco de conflicto tremendo para la imagen de Lanzarote. Este domingo se vivieron dantescas imágenes en las que nuestros sufridos visitantes volvían a ser protagonistas: ...

21 de noviembre de 2005 (16:16 CET)

Una vez más el aeropuerto de Guacimeta se ha convertido en un foco de conflicto tremendo para la imagen de Lanzarote. Este domingo se vivieron dantescas imágenes en las que nuestros sufridos visitantes volvían a ser protagonistas: ...

Una vez más el aeropuerto de Guacimeta se ha convertido en un foco de conflicto tremendo para la imagen de Lanzarote. Este domingo se vivieron dantescas imágenes en las que nuestros sufridos visitantes volvían a ser protagonistas: personas esparcidas por el suelo de la terminal con rostros desencajados, personas mayores sentadas en las cintas paradas y sin maletas y trabajadores de los distintos touroperadores intentando explicar lo que ocurre en un lugar en el que semana tras semana, mes tras mes, año tras año, se echa por tierra cualquier trabajo de promoción que se haga.

Hay que subrayar, y con esto se debe ser muy serio, que en estos instantes no existe ninguna huelga que justifique el despropósito en el que se ha convertido el aeropuerto. Desde la compañía Iberia se está acusando de forma velada y no velada a los trabajadores de estar realizando una huelga de celo, cosa que ellos niegan con contundencia. A juicio de los trabajadores, lo único que ocurre es que Iberia ha creado un tremendo problema al despedir a diecisiete trabajadores cuando lo que tendría que haber hecho es contratar más personal. Entre sus vuelos y los de las compañías asociadas a las que sirven no dan abasto.

Lo que no es normal es que siga sucediendo lo que sucede hasta ahora. De momento observamos que los turistas se lo están tomando con cierta calma, que entienden que por una huelga se pueden producir este tipo de circunstancias. Claro, en realidad lo que no saben es que no hay ninguna huelga, que todo forma parte de un tremendo lío laboral en el que va siendo hora de que intervengan las instituciones públicas implicadas, especialmente el Gobierno central y el Gobierno autonómico.

¿Qué ocurrirá cuando en los países de los que proceden estos turistas se den cuenta de que el lío de las maletas de Lanzarote no es un hecho puntual provocado por una huelga y sí un práctica habitual que se recrudece los jueves y los domingos?

La imagen que se está dando en la puerta de entrada de la Isla es lamentable. Recordemos que en su día hubo una decisiva intervención del Cabildo insular que sirvió para traer casi de las orejas a los representantes de Iberia. No estaría mal que alguien comenzara a pensar en una acción similar. Si los trabajadores no nos engañan, lo que no creemos que hagan, se trata de un conflicto muy serio que va para largo, tanto como tarde Iberia en arreglar sus muchos problemas. Mientras tanto, ¿qué se puede hacer, cruzarse de brazos y esperar a que la imagen de Lanzarote se siga deteriorando o actuar para que se produzca un entendimiento en el que impere la sensatez? Y a todas estas, ¿qué papel está jugando en todo el conflicto el director del aeropuerto, Dionisio Canomanuel, por qué Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) no exige algún tipo de responsabilidad a Iberia?

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