Tras el cristal de APL

Amplias cristaleras dejan al descubierto el interior de la nueva sede de Asamblea por Lanzarote (APL), que fue inaugurada a comienzos de esta semana en el centro de Arrecife. Al más puro estilo flamenco, cultura exhibicionista en el ...

3 de febrero de 2006 (22:15 CET)

Amplias cristaleras dejan al descubierto el interior de la nueva sede de Asamblea por Lanzarote (APL), que fue inaugurada a comienzos de esta semana en el centro de Arrecife. Al más puro estilo flamenco, cultura exhibicionista en el ...

Amplias cristaleras dejan al descubierto el interior de la nueva sede de Asamblea por Lanzarote (APL), que fue inaugurada a comienzos de esta semana en el centro de Arrecife. Al más puro estilo flamenco, cultura exhibicionista en el buen sentido de la palabra, el recinto recuerda las majestuosas casas holandesas que sorprenden a los transeúntes con la despreocupación de sus habitantes, que descansan, comen o simplemente ven la televisión a la vista de toda la ciudad. Al parecer, los holandeses no tienen nada que ocultar a sus conciudadanos, continuando con una tradición de modernidad, tolerancia y apertura que históricamente ha caracterizado este pueblo, aunque también a su clase política.

Eso fue lo que debieron pensar aquellos que han elegido las instalaciones de la nueva sede de APL, que han querido proyectar a través del recinto la transparencia y la apertura con la que quieren afrontar el reto de sacar adelante un ambicioso proyecto político nacionalista, más centrado en las verdaderas necesidades de los lanzaroteños que en las rencillas políticas que tratan de dividir a todo el mundo en izquierda y derecha. También en este aspecto los que formaran parte del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) hasta febrero del año pasado han querido emular las mejores tradiciones centroeuropeas, en las que desde hace décadas se forman sin mayores perturbaciones gobiernos de coalición nacional y cuya clase política, destacable por su honestidad y preocupación por los problemas reales de la ciudadanía, no permanecen inamovibles en los desfasados espacios de ideologías políticas. Ese es el objetivo fundamental de la Asamblea, que supo valientemente apartarse de la disciplina de los insularistas del PIL a pesar de tener que aguantar carros y carretas, además de la peor de las crispaciones de su padre político y líder histórico, para seguir adelante con un proyecto de consenso con el resto de las fuerzas políticas en pro del bienestar de los conejeros. Pasada la tempestad llega el momento de la calma y en este instante, más que nunca, es hora de demostrarle a la población que los integrantes de APL no defraudarán con su nueva ética del nacionalismo, y que están de sobras preparados, no sólo por la experiencia de lo vivido sino por una carrera a sus espaldas en la que ha habido más de un codazo y mucha zancadilla. De hecho, mientras los independientes lanzaroteño parecen confabulados con el Centro Canario ya no tan nacionalista, Asamblea Por Lanzarote, que celebrará su I Congreso el próximo 25 de marzo para decidir a los dirigentes que llevarán a la formación hasta las elecciones municipales de 2007, ya cuenta con apoyos tan contundentes como el de Coalición Canaria (CC), el partido nacionalista por excelencia de Canarias y todo un peso pesado a la hora de poner voz al interés ciudadano más allá de las fronteras de Lanzarote.

Sin duda, plantear el diseño de un edificio totalmente rodeado de cristaleras, supone un concepto muy novedoso en el planteamiento de la sede de un partido político, y más en una isla como Lanzarote. El resultado recuerda la versión rusa del programa Gran Hermano, que en aquel país se denomina "Tras el Cristal". En mitad del centro de la ciudad de Moscú, en las proximidades de la mismísima Plaza Roja, una casa de cristal deja ver a los habitantes de la gran ciudad la convivencia y las peripecias de los concursantes que participan en el programa. La peculiaridad del invento es que no sólo es posible seguir la vida en directo a través de la televisión, sino que cualquier moscovita puede acercarse a la casa para ver con sus propios ojos lo que allí dentro sucede día a día.

¿Se verá a los arrecifeños acercarse a la sede de la Asamblea en la calle La Palma, 38 para ver in situ las reuniones de los miembros de la nueva formación insularista? Es una presumible realidad que no se debe descartar, porque el simbolismo que se ha querido dar al asunto no quedará sólo en palabras, según los propios cargos del partido. No en vano, allí se van a tomar importantes decisiones a corto y medio plazo para todos los lanzaroteños, erigiéndose en una excelente oportunidad que nos brinda a todos la nueva formación política de ser realmente partícipes de la política insular. En definitiva, toda una apuesta por los intereses de los ciudadanos de esta isla, y no una pugna de la clase política de izquierdas o de derechas.

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