¿Se imaginan un terremoto?..urbanístico en Puerto del Carmen? ¿Cuáles serían las consecuencias que pudieran ocurrir, en una zona turística que habría que recomponer, reconstruir o simplemente limpiar el solar?En tiempos ...
¿Se imaginan un terremoto?..urbanístico en Puerto del Carmen? ¿Cuáles serían las consecuencias que pudieran ocurrir, en una zona turística que habría que recomponer, reconstruir o simplemente limpiar el solar?
En tiempos en los que desgraciadamente se habla tan frecuentemente de desgracias naturales, que arrasan poblaciones enteras y que después se ven en la necesidad de volver a levantar, es un buen ejercicio, mental, pensar de qué forma o manera se debería llevar a término esta reconstrucción, y sobre este pensamiento, se desarrolla el siguiente juego, ¿o, no?
Después de tanto tiempo, 40 años desde el primer alojamiento turístico, el hotel Fariones, se podría pensar en que una catástrofe, donde no quedara ni un sólo bloque en pie, nos serviría para construir un nuevo Puerto del Carmen.
¿Se discutiría, si volvería a construirse tal y como lo conocemos hoy? Un montón de pequeñas urbanizaciones con apartamentos de una o dos plantas, cada una con su piscina, unas calles estrechas y muchas de ellas sin ir a ninguna parte, sin espacios abiertos, plazas, paseos, etc.
¿Tendría sentido pensar, que una nueva zona turística, se podría realizar con el mismo conocimiento de la isla que tenemos hoy día? El mismo tipo de construcción, para un turismo distinto.
Cabría, en estos momentos y después de tanta experiencia acumulada, para bien y mal, entender que otra forma de construir, para el turismo y la isla, fuera posible. ¿Es factible un hotel de seis plantas en la avenida de las playas?, ¿en vez de 30 complejos de 40 apartamentos, dos hoteles de 600 habitaciones cada uno?, ¿se podría hablar de 3 o 4 avenidas?, ¿por qué sólo una avenida y en la orilla de la playa?, ¿podríamos pensar en grandes zonas verdes, en lugar de pequeños jardines?, ¿se verían amplias carreteras en lugar de callejones?, ¿grandes balnearios en lugar de simples duchas?, ¿aparcamientos subterráneos o el coche sobre la acera?, ¿pequeños comercios o áreas comerciales?, ¿transporte público o privado?, ¿carriles para bicicletas o sálvese quien pueda?, ¿zonas deportivas o patios de colegio?, ¿estación de guaguas o borde del camino?, ¿estación náutica o bajarse por el risco a la marea?, ¿parques de ocio o azoteas de los centros comerciales?
En tiempos de crisis, solo cabe pensar, en aprovechar la oportunidad para mejorar, actualizar y con visión de futuro, salir de ella. Si hasta el momento, lo que tenemos nos había servido y ahora estamos en retroceso, algo habrá que hacer. Se ha ganado mucho dinero, es momento de gastar.
Urbanizaciones que llevan construidas más de 25 años y que ya han sido altamente amortizadas, es momento de pensar que hacer con ellas. Desde un planteamiento político y empresarial, sería aconsejable plantearse, si ha llegado el momento del borrón y cuenta nueva. ¿Pudiera ser posible, que 5 pequeños complejos fueran un gran hotel?
Más eficiente en cuanto a prestaciones para el turista y mayor rentabilidad para el propietario o propietarios y mayor beneficio para la colectividad: ¿concentrar la habitabilidad en altura y dejar espacios libres para lo público?
Ordenar las nuevas obras, de acuerdo a las necesidades, en cuanto a ritmo y calidad. Las administraciones públicas deberían capitanear los nuevos retos, ser capaces de aunar voluntades, que pudieran ser beneficiosos para la mayoría, unificar pequeñas empresas y dar como resultado, una mayor, con mejores capacidades para afrontar los nuevos modelos turísticos, responder a las nuevas tendencias.
La reconstrucción nos daría la oportunidad de afrontar el futuro desde un nuevo punto de partida, dirigiendo, con la experiencia adquirida, un reto de mejora y bienestar común. Es la ocasión, tiempos de crisis, tiempo de oportunidades, de los políticos con visión y de los empresarios valientes. Una buena reforma, nunca será lo mismo, que una obra nueva.