Redacción
Prácticamente al cierre de la edición de este martes se dirigían a LA VOZ varios vecinos de la isla de La Graciosa absolutamente indignados por haber sido los protagonistas indirectos de una nueva historia que pone de manifiesto las numerosas carencias que sigue teniendo un lugar que a muchos representantes públicos se les olvida que está habitado. Por diferentes circunstancias -decimos diferentes porque nos han dado versiones totalmente distintas y contradictorias que preferimos obviar por el momento-, el médico que le tocaba turno en la Octava Isla se tuvo que marchar de su puesto sin ser relevado por nadie. Durante ese tiempo que transcurrió, en el que insistimos que la población entera de la Octava Isla se encontraba sin un profesional de la salud, se produjeron varios acontecimientos que hicieron saltar todas las alarmas. De momento, un hermano de la alcaldesa pedánea, Margarita Páez -Margarona para todos sus amigos- sufrió un infarto, y tuvo que ser trasladado en helicóptero de forma urgente; una hermana del consejero de Pesca del Cabildo, Marcos Páez, se rompió un brazo..., y así les podríamos contar unas cuantas. ¿De quién es la culpa de que algo así haya sucedido, quién es el responsable de que allí no hubiera un médico, hasta cuándo tiene que seguir soportando La Graciosa este trato tercermundista?