Reflexiones Improcedentes (III)

Por Ricardo Flores Hoy quiero comenzar esta última reflexión, dándome mi propia enhorabuena.Ustedes dirán, que es una prepotencia y una entupida vanidad, pero cuandose lo explique lo entenderán, y compartirán conmigo esa ...

18 de octubre de 2011 (15:55 CET)
Por Ricardo Flores
Hoy quiero comenzar esta última reflexión, dándome mi propia enhorabuena.Ustedes dirán, que es una prepotencia y una entupida vanidad, pero cuandose lo explique lo entenderán, y compartirán conmigo esa ...

Hoy quiero comenzar esta última reflexión, dándome mi propia enhorabuena.

Ustedes dirán, que es una prepotencia y una entupida vanidad, pero cuando

se lo explique lo entenderán, y compartirán conmigo esa felicitación.

En la primera de las "reflexiones" Hacía una denuncia sobre las

condiciones de los trabajadores, en los establecimientos hosteleros de las

zonas más turísticas de la isla, viniendo a decir, que no se correspondía

el nivel de ocupación con el de contratación de trabajadores. Situación

que conllevaba, una perdida en la calidad del servicio, que se le ofrecía

a este turismo del todo incluido y que llegan con la pulsera puesta.

Pues bien, ayer domingo, 16/10/2011, escuché a una persona que hablaba en

nombre de la UGT, con las siglas detrás de la misma, denunciando esto

mismo, y pregonando que se iba a investigar, para saber en qué condiciones

están los trabajadores de los hoteles y restaurantes, y la calidad del

turismo que llegaba a la isla. Casi me caigo de la silla, ¡pero de risa!.

Ustedes señores sindicalistas, son cómplices de que esta situación haya

llegado a estos límites, al cerrar los ojos ante esta realidad, o más

sangrante aún, mirar para otro lado, y de la cual tenían plena consciencia

, a través de sus afiliados y simpatizantes, pero claro, ya dice el refrán

que " ningún perro muerde la mano del amo que le da de comer". Pero esto

del pseudo sindicalismo que se hace en nuestro país, es otro tema, para

una tesis doctoral, y no para una carta al director.

Ahora toca encarar esta última reflexión, que no es mas que una opinión

sobre el transporte público colectivo. Por dónde podría comenzar, si no hay

por donde cogerlo. Ni con tenazas de presión se sostiene la falta de

sensibilidad de los gobernantes de esta isla, hacia este derecho

constitucional, que no es otro que la libre movilidad por todo el

territorio nacional, y que los encargados de que se pueda realizar, son

las autoridades libremente elegidos en cualquiera de los países

democráticos de nuestro ámbito, incluido el nuestro.

En Lanzarote, declarada desde hace 18 años, reserva de la biosfera se

produce una contradicción que raya lo ridículo, no se pone señalización

de un tamaño determinado, ni alumbrado en las carreteras, por el impacto

estético y lumínico, pero se fomenta descaradamente el uso del vehículo

privado, con lo que conlleva esto de contaminación para la atmósfera, al

no dotar a la isla de un servicio de transporte público colectivo eficaz y

que cubra las necesidades de los habitantes de los distintos pueblos, que

no municipios. Es curioso pero humillante para el resto de los ciudadanos,

lo poco que se tarda en montar un servicio de guaguas gratuitas para los

cruceristas y por el contrario, lo mucho que discuten para poner un solo

vehículo en una línea saturada de público, alegando falta de presupuesto y

aumento de la deuda del ayuntamiento.

Miren ustedes, yo provengo del mundo laboral del transporte público de

viajeros y veo con tristeza que, mientras en otras comunidades, los

consorcios de transportes, funcionan desde hace años perfectamente, dando

un servicio magnífico en frecuencia y horarios, incluso a zonas que son

claramente deficitarias. Los servicios públicos, como en este caso el de

guaguas, no se crean para obtener beneficios, sino como su nombre indica,

cumplir con un servicio público y los déficit producidos por las líneas

poco concurridas de usuarios, se cubren con los superávits de las

económicamente rentables, y así se establece el equilibrio cero en cuanto

a beneficios, pues estos de producirse irían directamente a invertirlos en

mejora de la calidad del servicio. La filosofía del servicio público es

paliar una necesidad de los ciudadanos, y no la obtención de beneficios en

su rentabilización.

Puedo citar como modelos de esto que digo, los consorcios de transportes de

Cataluña, Euskadi, Valencia o Madrid. Donde hace años que están unificados

en una sola mesa de dirección, el transporte colectivo privado, que por

supuesto tiene derecho a la explotación de este servicio, el transporte

urbano de cada municipio, y el interurbano que recorre los pueblos de las

distintas comunidades citadas.

En esta comunidad, la nuestra, donde desarrollamos nuestra vida, siempre

que oigo hablar de unificación, o mancomunidad de criterios, se termina

con la misma coletilla en el discurso de los gobernantes "Es que Canarias

tiene una singularidad especial". Lo único que ve la ciudadanía, es que

esas palabras, son un escudo para la incompetencia y la ineptitud, a la hora

de intentar buscar soluciones al problema.

¿Es que no es una vergüenza que todos los esfuerzos vayan encaminados a

cubrir las necesidades de los turistas, olvidándose de las zonas donde

viven y descansan los trabajadores que prestan ese servicio?. Esto que

puede parecer una denuncia particular y demagógica, se puede comprobar

como una realidad sangrante hacia los usuarios reales del transporte

público, y voy a poner algunos ejemplos:

Los habitantes de los pueblos del norte de la isla, Arrieta; Punta

Mujeres, e incluso Órzola, tienen que utilizar el coche por obligación

para cosas tan básicas como ir al médico, la ferretería, el mercado,

correos, o cualquier tramitación municipal. Por no decir el traslado al

centro administrativo de la isla, es decir, Arrecife. En estos pueblos las

guaguas, dejan y empiezan a funcionar, a horas absolutamente inoperantes, y

con una frecuencia de paso que aburre a las tortugas, supongo que con tanto

asesor existente en los órganos de gobierno, sabrán muy bien los que

significa dar servicio en horas punta y horas valle.

Otro ejemplo. Los usuarios y trabajadores que viven en Playa Honda, hasta

hace unos meses no disponían de una línea que conectara con San Bartolomé

y su ayuntamiento, teniendo que ir andando hasta la zona industrial, y

cruzar por debajo de un puente, a veces con unas condiciones atmosféricas

totalmente adversas, para poder ir a trabajar en guagua, a Puerto del

Carmen, Playa Blanca o cualquiera de los destinos del sur de la isla, no

digamos nada de los municipios de Tinajo o Tías.

Esta despreocupación de los mandatarios isleños, revierte sistemáticamente

en una utilización masiva del vehículo privado, algo que choca y se

contradice, con la filosofía de "Reserva de la biosfera".

Soy consciente, de que en una carta al director, no se puede exponer toda

una problemática de un sector determinado. Pero si en vez de mirarse el

ombligo los gobernantes insulares mirasen y aprendiesen con toda humildad

el ejemplo de otras comunidades, Canarias no estaría solamente a la cabeza

del turismo nacional, sino que también estaría a la cabeza de sus servicios

públicos.

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