¿Quo vadis, Santiago?

Por Carlos Espino He de reconocer que la primera contestación a Santiago Pérez la escribí bajo una doble sensación: tristeza y enfado. Tristeza por ver el camino sin retorno que ha emprendido quien fue un auténtico referente del socialismo canario. ...

4 de marzo de 2011 (12:53 CET)
Por Carlos Espino
He de reconocer que la primera contestación a Santiago Pérez la escribí bajo una doble sensación: tristeza y enfado. Tristeza por ver el camino sin retorno que ha emprendido quien fue un auténtico referente del socialismo canario. ...

He de reconocer que la primera contestación a Santiago Pérez la escribí bajo una doble sensación: tristeza y enfado. Tristeza por ver el camino sin retorno que ha emprendido quien fue un auténtico referente del socialismo canario. Enfado por su utilización de las imputaciones que algunos de sus compañeros sufrimos, colocándolas en pie de igualdad con aquellos que han sido sorprendidos con las manos en la masa, en pleno saqueo de las instituciones, algo que estoy seguro repugnaría al Santiago Pérez que creí conocer.

Ahora, la escalada de declaraciones de Santiago Pérez me lleva a escribir bajo la sensación de una profunda náusea.

Es innecesario recordar que el PSOE de Lanzarote gobernó con el PIL. Es innecesario porque ya lo reconocemos los socialistas de Lanzarote cada vez que recordamos que rompimos ese pacto cuando vimos a los que eran nuestros socios como protagonistas destacados de la mayor operación anticorrupción que se ha producido en Canarias.

Alto y claro: los socialistas de Lanzarote teníamos un pacto con el PIL. Igual de alto y claro: rompimos con el PIL, y quedamos en la oposición, porque el PIL puede ser considerado una asociación para delinquir a tenor de lo que se va publicando sobre la investigación. Repito: gobernábamos con el PIL y rompimos cuando los pillaron con las manos en la masa.

Sin embargo, y a juicio de Santiago Pérez, una extraña alquimia produce la justificación retroactiva necesaria: como los compañeros de Lanzarote pactaron, yo también puedo.

Obvia que entremedias se ha producido la operación Unión. Olvida interesadamente que cuando pactamos con el PIL, su líder histórico tenía problemas con la justicia, pero cuando rompimos era el propio PIL el que había quedado en el ojo del huracán, convertido, según la Fiscalía, en una asociación para delinquir. Santiago Pérez solo puede obviar esa diferencia en la medida en que su análisis responde a intereses coyunturales.

Creo que ya estoy en condiciones de explicar mi sensación de náusea: Según el razonamiento puramente táctico de mi compañero Santiago Pérez, los socialistas de Lanzarote no debimos nunca romper el pacto; hubiera sido más inteligente seguir gobernando con el PIL. Eso no es lo que decía en otras épocas. Y yo por ahí no paso.

Carlos Espino, secretario General de los Socialistas de Lanzarote

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