La situación, por absurda que parezca, aconteció el pasado martes. El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, en lo que se ha convertido ya casi en un clásico, corría presuroso a informar a los medios de ...
La situación, por absurda que parezca, aconteció el pasado martes. El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, en lo que se ha convertido ya casi en un clásico, corría presuroso a informar a los medios de comunicación sobre las excelencias de las cuentas estatales de 2008 para Canarias. Los informadores, después de escuchar la cara A del vinilo, inquirieron sobre esa oscura cara B, la que hace referencia a la inversión per capita. Segura, con solemnidad, y ante las estupefacción de los presentes, se atrevió a señalar que, "tal y como ocurrió el año pasado, en esta ocasión la inversión por habitante canario es pareja a la de los ciudadanos peninsulares". Desconocimiento, una comparecencia cogida con alfileres o, simplemente, indecencia política.
Es cierto que la inversión total en Canarias sube; pero también se incrementa en el resto de las comunidades autónomas. Es cierto que en Canarias crece la inversión por habitante; pero también lo hace la media estatal. Por lo que sólo hace falta saber un mínimo de matemáticas para descubrir que esta situación que muchos consideran satisfactoria, e incluso destacable, no hace más que incrementar la distancia de Canarias, en materia de inversión, con la del resto del Estado español.
Llegado a este punto, considero que los socialistas podrían protagonizar un particular ensayo sobre la ceguera, porque sólo así podríamos comprender la causa que les lleva a considerar "satisfactorios" unos presupuestos que dejan, por ejemplo, a cero la partida destinada a infraestructuras educativas; unas cuentas que destinan 210 euros menos a los habitantes de Canarias que al resto de los ciudadanos del Estado. En definitiva, unos presupuestos que ningunean a nuestra Comunidad Autónoma.
No entendemos cómo el ministro Solbes no se reunió con Coalición Canaria para negociar estos presupuestos. La rabieta política ha primado sobre el interés de los canarios. Es evidente que las cuentas estatales "castigan" a las comunidades que no llevan la impronta del puño y la rosa. ¿Dónde se quedó el talante?
Canarias está condenada a seguir insistiendo en lo que es obvio. Mientras la Unión Europea acepta nuestras particularidades, el Gobierno español las ignora. Un ejemplo claro lo tenemos en el Régimen Económico y Fiscal de Canarias, cuyo principal objetivo es que la inversión estatal en el Archipiélago se aproxime año a año a la media estatal. A la vista está que esto no se ha llevado a cabo; es más, cada vez es mayor la diferencia.
Este instrumento fiscal se creó para dotar a Canarias de la posibilidad de salvar estas barreras geográficas, pero parece que al Gobierno del Estado no le interesa que exista, por lo que podemos entender que tampoco le desasosiega que Canarias pueda alcanzar mayores cotas de bienestar. José Luis Rodríguez Zapatero y su Ejecutivo deberían explicar a los canarios por qué se les minusvalora a favor de otras comunidades autónomas como Cataluña o Andalucía.
Estamos de acuerdo en que hay situaciones que obligan a acometer excepciones presupuestarias, pero, ¿hay situación más excepcional que la lejanía y la insularidad? Tampoco se ha tenido en cuenta el evidente crecimiento de la población en Canarias y encima se nos acusa de pedigüeños cuando exigimos un trato equitativo. Si no hacemos nada, nos llaman aplatanados; si lo hacemos, es que lloramos y suplicamos.
En definitiva, lo único que pretende Coalición Canaria es conseguir para las Islas lo que le corresponde. Por eso consideramos que todos los canarios, independientemente de su color político, debemos tener un objetivo común: hacer de Canarias una comunidad de referencia. Y eso sólo lo conseguiremos si el Gobierno del Estado muestra la misma sensibilidad con Canarias que con el resto de las comunidades. No pedimos más que nadie; reclamamos lo justo.
José Torres Stinga.
Presidente de Coalición Canaria.