Por favor, Señora, no prevariques (por Carlos Espino)

Estimada Señora. He de reconocer que no asistí a los actos en tu honor. La verdad sea dicha, no por aquello del acendrado laicismo, que también, sino por no ser amigo de este tipo de actos y algunas otras consideraciones que ...

28 de septiembre de 2006 (11:11 CET)

Estimada Señora. He de reconocer que no asistí a los actos en tu honor. La verdad sea dicha, no por aquello del acendrado laicismo, que también, sino por no ser amigo de este tipo de actos y algunas otras consideraciones que ...

Estimada Señora.

He de reconocer que no asistí a los actos en tu honor. La verdad sea dicha, no por aquello del acendrado laicismo, que también, sino por no ser amigo de este tipo de actos y algunas otras consideraciones que otro día te comento.

Pero a lo que íbamos, aunque no asistí a las fiestas, me ha llegado el eco de que Jesús Machín te pidió públicamente que intervinieras en el caso de los baños de Los Dolores.

Debo reconocer que, en un principio, me produjo una sonrisa, vamos, que me pareció gracioso esta manía de recurrir al milagro celestial cuando se ha metido la pata en el expediente terrenal, pero luego comencé a preocuparme.

Y no es para menos. Porque, ¿en qué lugar quedarías si te dedicas a intervenir en un procedimiento que se inició, precisamente, por el atentado a las coladas de lava que tú paraste, según afirman?

Otra cosa, y bien distinta, es que tú les perdones la burrada, pero de ahí a mediar en una causa judicial me parece que va un enorme trecho. Y es que algunos están acostumbrados a que la norma se tuerza y se retuerza, siempre en su favor, mediante la oportuna gestión política, celestial en este caso, y si no andas con ojo, te meten a ti por medio.

Porque, ya que te ha pedido públicamente que intervengas, podría, por lo menos, avisarte que es un expediente cuando menos complicado, porque se ha destruido un bien protegido. Y, créeme Señora, no por ignorancia, que también, pues se les avisó en un Pleno y de manera pública, sino por pura prepotencia, con el agravante del recurso fácil a la demagogia: "los baños hacen falta". ¡Pues claro! Pero cien metros más arriba, cincuenta más abajo, treinta a la derecha o setenta para el otro lado ¡Pero no en un volcán protegido! Al final fue como el aeropuerto de Los Rodeos, lo hicieron donde vieron la crucita. Y era que aquí no.

Bueno Señora, que no quiero cansarte más, que sé lo que muelen estas fiestas. Eso sí, no me despido sin pedirte con todo el respeto, por favor, Señora, no prevariques.

*Por Carlos Espino

Consejero de Política Territorial del Cabildo y secretario de Organización del PSC en Lanzarote

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