¿Vale un taxista para algo mas que conducir un taxi?. Al parecer, y visto la bajada de pantalones de los administradores del Cabildo, tanto del responsable de transporte D. Ramón Bermúdez como del presidente D. Pedro San ...
¿Vale un taxista para algo mas que conducir un taxi?. Al parecer, y visto la bajada de pantalones de los administradores del Cabildo, tanto del responsable de transporte D. Ramón Bermúdez como del presidente D. Pedro San Ginés, se ha demostrado que sí. Ahora sabemos que además de taxistas, van a hacer los que ordenen el transporte público en la isla.
D. Ramón Bermúdez, por dos ocasiones, le ha tocado gobernar el área de transporte, se ha implicado de lleno en aplicar el sistema auriga, convenciendo en la primera oportunidad a todos los agentes que tienen algo que decir en el asunto, taxistas, asociaciones empresariales, ayuntamientos y cabildo.
Las administraciones adaptaron sus ordenanzas para que fuera posible su aplicación, se llevó a concurso público, después de redactada sus base, que nadie cuestiona, se resuelve la adjudicación a una empresa que de acuerdo al criterio del jurado, fue la mas adecuada para disponer y gestionar el sistema y parecía que todo transcurría de forma natural: concurso público, bases transparentes, conformidad para todos, por fin en Lanzarote teníamos en una adjudicación pública, igualdad y oportunidad para todo el que quiera participar, y una vez recorrido todo el trayecto, vemos, desgraciadamente como no sirve para nada, basta que alguien no esté de acuerdo, para que todo se venga al traste: qué importa que el cabildo se gaste 400.000?, ¡total, solo es dinero público!.
En el momento actual, el consejero, sólo se limita a decir que no se siente desautorizado y que él, sólo quiso que primara el interés general ¡ya la perra me riscó el conejo! ¿Qué quiere decir con eso, que ahora no se está primando el interés general? De ser así, debe Usted dar una explicación mas clara, olvídese de bofetadas a su orgullo, en esta ocasión, me da que la bofetada nos la vamos a llevar todos nosotros, porque Usted, ha demostrado ser incapaz de sacar adelante un asunto primordial en esta isla, que es el caos del transporte público y ya dirá cómo un consejero de transporte puede continuar en su cargo, si en su principal función demuestra una insolvencia manifiesta, no ya porque no se lleve adelante el sistema auriga desvirtuando un concurso público, si no porque Usted, como responsable público, reniega del interés general, en beneficio de un colectivo, muy respetable, pero que se limita a exigir un derecho, en exclusiva, sólo porque el ganador no es de su conveniencia, ni mucho menos de su condición.
En el tema de sistema auriga, se ha venido a demostrar que en Lanzarote, los políticos, están mas pendiente de no molestar a nadie que a resolver los problemas, miran más el voto que el interés general, parecen más regentes asustadizos, que responsables administradores en los que el pueblo ha depositado la confianza, no los elegimos para que se acojonen a las primeras, se puede consultar, oír a las partes, se debe intentar el acuerdo, pero al final, el político debe tomar decisiones, el interés general por encima de todo.
Se presupone que son los regidores políticos, elegidos por el pueblo, los llamados a marcar el criterio político-administrativo de una comunidad los que definen la norma para el mejor funcionamiento de las administraciones publicas, y su responsabilidad en el funcionamiento de todas las actividades que comportan el transcurrir diario de una colectividad, y lo que no es entendible, que el criterio de los dirigentes se supedite a intereses corporativistas a costa del interés común.
Los taxistas alegan que ellos son los únicos capacitados para gestionar el sector del taxi, no lo discuto, pero aquí no se trata de llevar un taxi, es mucho más, es la organización del transporte público, el taxi es una herramienta mas dentro de todo un sistema de gestión, no se necesitan taxistas, se buscan gestores que administren un sistema y un buen gestor, podría ser cualquier empresa o persona capacitada, un taxista, un fontanero, un empresario o simplemente, aun pareciendo de Perogrullo, un gestor.
Con el mismo criterio de que solo los taxistas entienden de transporte, cabría preguntarse, ¿un taxista podría ser presidente del cabildo? ¿y Pedro San Ginés podría dirigir el transporte del taxi?
¿Por qué un taxista puede ser lo que quiera y Ramón Bermúdez o cualquier otro, no puede llevar una central de taxis?