Pedanía de la La Graciosa ¿si o no?

24 de marzo de 2017 (13:17 CET)

 

Este próximo 27 de Marzo se cumplen cuatro años de la entrega de firmas de la iniciativa La Graciosa la 8ª Isla, en ella se solicitaba el reconocimiento oficial como isla habitada y la puesta en marcha de una pedanía. Sobre lo primero seguimos pendientes de lo que ocurra en el Congreso de los Diputados, de lo segundo sabemos en 2014 se aprobó una proposición no de ley en el Parlamento de Canarias y que en 2015 se modificó la ley de municipios, en ambos casos se proponía  la creación de una entidad con gestión desconcentrada del Ayuntamiento de Teguise.

Han pasado cuatro años, tiempo suficiente para valorar si a día de hoy sigue siendo necesaria o no esta propuesta.

Hay opiniones para todos los gustos, hay quien cree que una entidad local menor sería un error pero hay quien piensa que es algo necesario. Quienes se oponen manifiestan, por ejemplo, que La Graciosa no tiene recursos suficientes para gestionarse, que se encarecerían los impuestos y que sería imposible vivir en la isla de lo caro que sería todo. Otros creen que sería lo peor que nos podría pasar porque no nos pondríamos de acuerdo y que incluso habría enfrentamientos entre vecinos. Hay quien asegura que es mejor continuar como hasta ahora para que no se den situaciones de desigualdad, "si nos gobierna alguien de aquí mirará más por unos que por otros", opinan. También hay personas que se suman al ahorro del gasto público y dicen que en los tiempos que corren no está bien crear más instituciones, en todo caso reducirlas, ya que una pedanía supondría aumentar el número de políticos y de personas que trabajan para la administración pública. Por otro lado, hay quienes aseguran que la ley actual no nos ampara ya que el 27 de Diciembre de 2013 el Gobierno Central quitó la personalidad jurídica a las entidades locales menores. Otros añaden que si Teguise renuncia al control de la isla, y le da independencia a La Graciosa, los gracioseros crearán su propio partido  y se gestionarán ellos mismos. También hay personas que ponen en duda si esta iniciativa es mayoritaria en la isla o por el contrario es el capricho de unos pocos. Entre tantas opiniones hay quien cuestiona la capacidad de los gracioseros para hacerse cargo de una entidad de estas características e incluso se preguntan si lo que se busca no será especular con el territorio.

Yo soy de los que apoyan esta iniciativa. Creo que poner en marcha una pedanía no significa independizarse de Teguise sino ganar en autonomía,  a través de una figura que recoge la ley de régimen local y que lleva muchos años implantada en otros lugares con mucho menos población que nosotros. Vivimos en una isla, con lo que ello supone, y no es casualidad que a las concejalas se les haya llamado tradicionalmente alcaldesas pedáneas aunque no hayan sido designadas oficialmente. A la persona responsable se le hace muy complicado gestionar la isla porque se tiene que hacer cargo de todas las áreas, algunas veces en soledad, sobrecargada de trabajo y con una responsabilidad abrumadora. Para quien no lo sepa, en la oficina municipal de La Graciosa se resuelven temas que tienen que ver con educación, cultura, deportes, seguridad, emergencias, sanidad, servicios sociales, energía, vehículos, transportes, residuos, limpieza, fiestas, urbanismo, participación, una agenda de trabajo apretada a la que es necesario dar respuesta con unos recursos humanos muy limitados. No olvidemos que La Graciosa tiene un censo actual de más de 700 personas y que según el centro de datos de Lanzarote en 2016 nos visitaron cerca de 442 mil personas, con lo que esto supone para un espacio reducido de no más de 27 km cuadrados. Defiendo que nos corresponde a los gracioseros poder decidir porque vivimos en un territorio separado del municipio e, igual que ocurre en otros lugares, las poblaciones aisladas necesitamos un mínimo de autonomía para poder ejercer cierto control ante los desafíos que se nos presentan. Creo que los gracioseros no somos víctimas y que debemos dejar atrás expresiones como "no nos hacen caso", "no podemos hacer nada" o "cuando cruzan el Farión se olvidan de nosotros", afirmaciones como estas nos debilitan y nos dejan en una situación de indefensión. La pedanía no supondría la solución a todos nuestros problemas porque la responsabilidad seguiría siendo compartida con el Cabildo de Lanzarote, gestor del Parque Natural, con la Administración General del Estado, propietario de una parte importante de la isla, y con el Gobierno de Canarias, responsable de la zona de puertos y, junto al Estado, de la Reserva Marina.

Me pregunto si la realidad actual no será producto de un modelo de gestión inadecuado o si muchos de los problemas que arrastramos del pasado no se hubiesen podido evitar con un mínimo de autogestión. Me planteo qué pasaría si en unas elecciones municipales no resulta elegida ninguna persona de La Graciosa. Estoy convencido que tenemos condiciones suficientes como para financiar una entidad local menor, no solo por los impuestos que genera la boyante actividad turística sino por los fondos que destinarían el resto de administraciones, por ejemplo el Cabildo de Lanzarote ha presupuestado 500 mil euros para inversiones durante este año y el Gobierno de Canarias dos millones más para la red de saneamiento.

Pedanía sí o no, solo el tiempo lo dirá, pero estoy convencido de que la población graciosera está de sobra capacitada para gestionar el territorio donde vive. Esperemos que pronto se apruebe en el Congreso de los Diputados la reforma del Estatuto de Autonomía y que La Graciosa sea reconocida oficialmente como isla habitada, elegir o no a la alcaldía pedánea en las elecciones de 2019 es otro cantar, ya se verá.

 

 

Miguel Ángel Páez, 

 

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